15/8/10

Poniendo en orden el corazón


Nunca pongas a los hombres en el centro de tu corazón, pues cuando ellos te fallen, tu mundo se habrá deshecho. No te quedará nada y no tendrás fuerzas para levantarte. Que Dios sea quien posee ese lugar, el más importante de tu vida. Así, jamás te derribarán, nunca te vencerán las aflicciones.
Pero eso no es todo lo que ganarás, porque si Jesucristo es a quien más amas, tu corazón lo tendrá todo en orden. Cada cosa en su lugar. De ese modo, amarás a quienes ames de la manera adecuada. Amarás mejor a quienes debes amar. ¿Cómo así? Sencillo: ¿hay alguien que haya amado o que enseñe a amar como Jesús lo hace? Por lo tanto, con él aprenderás a amar de verdad. Tus seres queridos serán beneficiados porque tu amor será fuerte, firme, verdadero, permanente, habiéndolo recibido del que nos ama con amor eterno. De este modo, amar más a Jesús no es amar poco a nuestra pareja, familia o projimo... es amarlos mejor. ¡Dios te bendiga!