9/5/15

¡Benditas entre las mujeres!


La serpiente odia a la mujer. Pero ella tiene la promesa de victoria. Si la serpiente dice: ¿Qué tienes, mujer, para defenderte? ¿Qué tienes, débil ser, para vencerme?", la mujer responde: "Simiente. Un Hijo que destrozará tu cabeza." (Gn.3:15; 2 Timoteo 2:14-15).

La serpiente procura todavía lograr sus vilezas contra ella. Una ética sexual distorsionada, y abortos a los que presenta como solución. Pero una pesadilla comenzó para ese cuando poco después de la creación del hombre ya se le estaba diciendo que la simiente de la mujer le destrozaría la cabeza. 
Mujeres valientes como la madre de Moisés, defendieron a sus hijos de la pena de muerte que los infames inicuos determinaron. También María, que a pesar de correr el riesgo de ser asesinada por tener en su vientre el producto de un supuesto adulterio, (o violación sin grito...), aceptó su maternidad. Con ella, Eva y todas las redimidas, todas las benditas mujeres que saben consagrar y guiar a sus hijos en el victorioso propósito, siguen atormentando y hollando al adversario.
La Simiente ha vencido en la cruz. Y sigue venciendo por medio de su pueblo, sigue pisoteando serpientes y escorpiones, (Lucas 10:19), está hollando toda fuerza del enemigo con aquellas mujeres que tienen en su vientre hijos a quienes bendicen y consagran al Señor. Aquellas son de quienes se afirma que son benditas entre las mujeres, (Jueces 5:24; Lucas 1:28). Sí, como Jaél y como María. Benditas las madres de mi pueblo. Sí, ¡benditas entre las mujeres!