3/4/14

Tolerancia por amor y no por ausencia de verdad

A los cristianos se les ha perseguido por intolerantes. Sí, se que suena raro, pero así es. Quienes los acusaban de intolerantes fueron precisamente los que no los toleraron y los persiguieron a muerte. 
El cristiano siempre fue exclusivista y absolutista. Es decir, siempre ha tenido un Dios que ha declarado ser el verdadero, el único. Luego, todos los demás no son sino falsos dioses. 
Eso reventaba a los romanos, tan tolerantes ellos que podían adorar a los dioses que quisieran y "respetar" o "tolerar" a los dioses de los otros. Así, vivían en paz, respetando y adorando a los dioses ajenos. Eso, con la implicada filosofía de cada culto. No hay verdad absoluta. No hay moral o ética absoluta. Todo es relativo. Nadie tiene la verdad. Ah, qué desagradables deben haber caído los cristianos ante esa pacífica y tolerante convivencia. Su Dios dice ser el único. Y su ética, absoluta. Es el juez del universo y el creador de todo. No hay otros dioses, de modo que todos han de rendirse y honrarle solo a él. Tamaña impertinencia no podía sino ser atacada. Desde el emperador, considerado también otro dios, hasta los religiosos de las más diversas confesiones, se unieron contra los cristianos. 
Usted puede notar que en este sentido no han cambiado mucho los tiempos. Recuerdo que hace poco, Obama decía contento que los EUA ya no eran una nación cristiana... o ya no era sólo  cristiana, sino también musulmana, budista, etc. Se gozaba en decirlo como si fuera la victoria de la tolerancia mutua. La tolerancia de moda. La diosa tolerancia ante la cual todo debe permitirse.
Pero, ¿no hemos sido tolerantes los cristianos? Por supuesto. No obstante, no se nos ha comprendido porque nuestra tolerancia tiene que ver con la misericordia y el amor, pero jamás con el abandono de la verdad, que es Jesucristo, la Palabra de Dios, la voluntad de Dios. La verdad no es relativa. Pero si por misericordia o por amor al prójimo soportamos y toleramos, ayudamos y socorremos aún a quienes piensan o creen diferente, es porque les amamos aunque no amamos su estilo de vida o su manera de pensar. La persecución y el maltrato no es nuestro estilo de vida ni la manera en que hacemos crecer nuestra membresía, feligresía o número de adeptos. 
Note usted la diferencia. Mientras muchos creen que tolerancia es permitir cualquier modo diferente de pensar, creer o vivir, porque sencillamente somos diferentes, la otra tolerancia no se desprende, no renuncia a la verdad sencillamente porque considere que las demás opciones podrían tenerla del mismo modo, relativizándola por completo, sino porque la misma verdad nos enseña a amar. 
Una sociedad fuerte se construye desde la verdad. Y se perfecciona en base al amor tolerante, que permite conversar, disentir, discutir, hacer dialéctica para dilucidar mejor la verdad que se conoce. Pero una sociedad edificada en base a relativismos, solo termina dividida, debilitada, y al final quebrantada. Y no importa el conocimiento de sus líderes, técnicos, consejeros... al final, sólo produce dictadores que los hunden más en la ruina. 
Edifiquemos sobre la roca. Esa roca eterna, inconmovible y permanente, que nos ha concedido escuchar su voz. Bendito Jesús de Nazaret.