21/1/08

King

Hace un tiempo, contaba que pasé noches de angustia y miedo (toda una semana) amenazado por un grupo terrorista en Cajatambo. Lo acontecido hacía pocos días, (en Uchuraccay), el otro asesinato de cuatro personas a escasos mil metros de donde yo me encontraba, la advertencia de algunos hermanos del lugar y la terrible oscuridad del entorno, me dejaron sin fuerzas. Casi no podía hablar en la Convención Evangélica que teníamos entonces. Pero al procurar resignarme ante cualquier suceso fatal, lo que más triste me resultaba era pensar en mi familia y en la amada a quien le prometí matrimonio. No obstante, gracias a Dios, aquí estoy. Otros hermanos míos no tuvieron esa posibilidad. Hoy recuerdo a un americano.
El soñador (1) Martin Luther King, estaría cumpliendo hoy setenta y nueve años. Murió joven. Pero la huella que dejó y los logros de su lucha son un testimonio de justicia y un ejemplo motivador para otros (cristianos especialmente). Ma agradó postear esta foto en donde se le ve con su esposa Coretta, porque casi siempre vemos a hombres como él algo así como aislados, como super-héroes sin vida propia, sin familia, sin gente que los extrañará, sin seres amados a los que no quisieran dañar en su lucha personal contra alguna injusticia o mentira. Y la verdad es que no es así.
La Iglesia tiene un sinnúmero de mártires. Y en estos tiempos en los que se ensalza el hedonismo y la comodidad, nos suena un poco a ficción enterarnos de nuevos luchadores, perseguidos o no, que enarbolan una causa de verdad. pero esto seguirá así hasta el final, porque la libertad no es solo asunto de negros, pobres, marginados, mujeres... La palabra de Dios muestra leyes de justicia que son más amplias de lo que pensamos desde nuestra necesidad o entorno social. Pero siempre que nos involucremos en tomarla para compartirla con alguien, veremos que el sacrificio que implica evidencia que nuestra lucha es lucha con amor y desde el amor. Y si diésemos la vida por ello, esto nos diferencia radicalmente de aquellos que la quitan a otros o dan la propia por odio. Nosotros la damos por amor.

[1]Estoy feliz de unirme a ustedes hoy en lo que quedará en la historia como la mayor demostración por la libertad en la historia de nuestra nación.
Hace años, un gran americano, bajo cuya sombra simbólica nos paramos, firmó la Proclama de Emancipación. Este importante decreto se convirtió en un gran faro de esperanza para millones de esclavos negros que fueron cocinados en las llamas de la injusticia. Llegó como un amanecer de alegría para terminar la larga noche del cautiverio.
Pero 100 años después, debemos enfrentar el hecho trágico de que el negro todavía no es libre. Cien años después, la vida del negro es todavía minada por los grilletes de la discriminación. Cien años después, el negro vive en una solitaria isla de pobreza en medio de un vasto océano de prosperidad material. Cien años después el negro todavía languidece en los rincones de la sociedad estadounidense y se encuentra a sí mismo exiliado en su propia tierra.



Y así hemos venido aquí hoy para dramatizar una condición extrema. En un sentido llegamos a la capital de nuestra nación para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaratoria de la Independencia, firmaban una promisoria nota de la que todo estadounidense sería el heredero. Esta nota era una promesa de que todos los hombres tendrían garantizados los derechos inalienables de "Vida, Libertad y la búsqueda de la Felicidad".
Es obvio hoy que Estados Unidos ha fallado en su promesa en lo que respecta a sus ciudadanos de color. En vez de honrar su obligación sagrada, Estados Unidos dio al negro un cheque sin valor que fue devuelto marcado "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el banco de la justicia está quebrado. Nos rehusamos a creer que no hay fondos en los grandes depósitos de oportunidad en esta nación. Entonces hemos venido a cobrar este cheque, un cheque que nos dará las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia.
También vinimos a este punto para recordarle de Estados Unidos de la feroz urgencia del ahora. Este no es tiempo para entrar en el lujo del enfriamiento o para tomar la droga tranquilizadora del gradualismo. Ahora es el tiempo de elevarnos del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el iluminado camino de la justicia racial. Ahora es el tiempo de elevar nuestra nación de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la sólida roca de la hermandad. Ahora es el tiempo de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios.
Sería fatal para la nación el no percatar la urgencia del momento. Este sofocante verano del legítimo descontento del negro no terminará hasta que venga un otoño revitalizador de libertad e igualdad. 1963 no es un fin, sino un principio. Aquellos que piensan que el negro sólo necesita evacuar frustración y que ahora permanecerá contento, tendrán un rudo despertar si la nación regresa a su rutina habitual.
No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que el negro tenga garantizados sus derechos de ciudadano. Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia.
Pero hay algo que debo decir a mi gente, que aguarda en el cálido umbral que lleva al palacio de la justicia: en el proceso de ganar nuestro justo lugar no deberemos ser culpables de hechos erróneos. No saciemos nuestra sed de libertad tomando de la copa de la amargura y el odio. Siempre debemos conducir nuestra lucha en el elevado plano de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en la violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas de la resistencia a la fuerza física con la fuerza del alma.
Esta nueva militancia maravillosa que ha abrazado a la comunidad negra no debe conducir a la desconfianza de los blancos, ya que muchos de nuestros hermanos blancos, como lo demuestra su presencia aquí hoy, se han dado cuenta de que su destino está atado a nuestro destino. Se han dado cuenta de que su libertad está ligada inextricablemente a nuestra libertad. No podemos caminar solos. Y a medida que caminemos, debemos hacernos la promesa de que marcharemos hacia el frente. No podemos volver atrás.



Existen aquellos que preguntan a quienes apoyan la lucha por derechos civiles: "¿Cuándo quedarán satisfechos?" Nunca estaremos satisfechos en tanto el negro sea víctima de los inimaginables horrores de la brutalidad policial. Nunca estaremos satisfechos en tanto nuestros cuerpos, pesados con la fatiga del viaje, no puedan acceder a alojamiento en los moteles de las carreteras y los hoteles de las ciudades. No estaremos satisfechos en tanto la movilidad básica del negro sea de un gueto pequeño a uno más grande. Nunca estaremos satisfechos en tanto a nuestros hijos les sea arrancado su ser y robada su dignidad por carteles que rezan: "Solamente para blancos". No podemos estar satisfechos y no estaremos satisfechos en tanto un negro de Mississippi no pueda votar y un negro en Nueva York crea que no tiene nada por qué votar. No, no estamos satisfechos, y no estaremos satisfechos hasta que la justicia nos caiga como una catarata y el bien como un torrente.
No olvido que muchos de ustedes están aquí tras pasar por grandes pruebas y tribulaciones. Algunos de ustedes apenas salieron de celdas angostas. Algunos de ustedes llegaron desde zonas donde su búsqueda de libertad los ha dejado golpeados por las tormentas de la persecución y sacudidos por los vientos de la brutalidad policial. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen su trabajo con la fe de que el sufrimiento sin recompensa asegura la redención.
Vuelvan a Mississippi, vuelvan a Alabama, regresen a Georgia, a Louisiana, a las zonas pobres y guetos de las ciudades norteñas, con la sabiduría de que de alguna forma esta situación puede ser y será cambiada.
No nos deleitemos en el valle de la desesperación. Les digo a ustedes hoy, mis amigos, que pese a todas las dificultades y frustraciones del momento, yo todavía tengo un sueño. Es un sueño arraigado profundamente en el sueño americano.
El sueño
Yo tengo un sueño que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo, creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales.
Yo tengo un sueño que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad.
Yo tengo un sueño que un día incluso el estado de Mississippi, un estado desierto, sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia.
Yo tengo un sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.



¡Yo tengo un sueño hoy!



Yo tengo un sueño que un día, allá en Alabama, con sus racistas despiadados, con un gobernador cuyos labios gotean con las palabras de la interposición y la anulación; un día allí mismo en Alabama pequeños niños negros y pequeñas niñas negras serán capaces de unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas como hermanos y hermanas.
¡Yo tengo un sueño hoy!
Yo tengo un sueño que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada, y toda la carne la verá al unísono.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que regresaré al sur. Con esta fe seremos capaces de esculpir de la montaña de la desesperación una piedra de esperanza.
Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres.
Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios serán capaces de cantar con un nuevo significado: "Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto. Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen resonar la libertad". Y si Estados Unidos va a convertirse en una gran nación, esto debe convertirse en realidad.

Entonces dejen resonar la libertad desde las prodigiosas cumbres de Nueva Hampshire. Dejen resonar la libertad desde las grandes montañas de Nueva York. Dejen resonar la libertad desde los Alleghenies de Pennsylvania! Dejen resonar la libertad desde los picos nevados de Colorado. Dejen resonar la libertad desde los curvados picos de California. Dejen resonar la libertad desde las montañas de piedra de Georgia. Dejen resonar la libertad de la montaña Lookout de Tennessee. Dejen resonar la libertad desde cada colina y cada topera de Mississippi, desde cada ladera, dejen resonar la libertad!
Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese día cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos y cantar las palabras de un viejo spiritual negro: "¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres! Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos libres!"

20/1/08

La victoria nuestra de cada día

Los que estamos involucrados en la guerra de guerras (¿qué es la guerra de las galaxias ante esta?) tenemos clara nuestra meta: Vencer. También la tenemos segura. No se trata de vencer o perder. No hay opciones. Y no las hay porque el Hijo del Hombre ha vencido. Ha tomado el centro del poder y el Universo se ordena ahora desde su señorío. Perder es entonces inconcebible. No podemos perder. La unica forma de perder es... no luchar.
Cuando en Apocalipsis 21 (versos 7 y 8) se menciona a los que serán echados en un lugar horrendo, la lista la encabezan... los cobardes. Si de algo debemos huir, es de la cobardía. Aquella que entibia, que pretende convertirnos en traidores. Pero lo mejor es escupirla. Pisotearla. Y desdeñarla avanzando, caminando, luchando.
Puedes descansar en el Señor. Llorar si quieres. Y él renovará tus fuerzas. Pero no puedes detenerte en el camino o mirar atrás. Mira hacia adelante. No importa si "te sientes" un perdedor. Lo que importa es la verdad: desde la cruz, tu victoria está asegurada. La vida te pertenece. No dejes que una circunstancia temporal te engañe. Tú ya has vencido. Disfruta tu victoria en el señorío de Jesucristo. Levanta su Nombre en alto, como tu estandarte.
El te perdona, él te levanta. Solo pide. Como el pan, cada día pide por tus victorias. La guerra está ganada aunque algunas batallas parezcan desfavorecerte. El te da nuevas fuerzas. Prosigue. Ah, no olvides tu espada. Esa que puede dividir el alma y el espíritu, (¿láser? ¿energía nuclear?, eso déjalo para los hombres). El murió por tí. Ahora tú, ¡vive por él!

16/1/08

Yallop: La publicacion de un secreto a voces

Hace poco, David Yallop estuvo presentando un libro en el que muestra la otra cara de Karol Józef Wojtyla (el anterior papa). Gonzalo Pajares, (de Peru21), le entrevistó. Cosas que por sentido común se hacían notorias, Yallop las ha publicado en un libro, (haciendo un estudio serio, de modo que no se tape el sol con el dedo ni con la luna, ni que se olviden facilmente). Así, él afirma que Juan Pablo II tiene varias caras. Una de ellas presenta a una persona carismática, amada. Pero otra muestra a aquel que defendió a los sacerdotes acusados de pedofilia, que encubrió la corrupción financiera de los bancos del Vaticano, y que respaldó a dictadores como Pinochet.

El escritor concluye que en Karol predominaba el mal, y menciona que su ascenso al poder tuvo el objetivo de traer abajo las reformas que Juan Pablo I quiso realizar en la Iglesia, (hubo un escándalo de corrupción (robo, prostitución, etc.) en la Iglesia polaca. Paulo VI inició una investigación y, cuando Juan Pablo II llegó al papado, simplemente ignoró lo sucedido.

Otra cosa que resalta Yallop, también conocida pero evitada, es que la forma de actuar del Vaticano fue corrupta (¿cuándo no?). "La política puede corromperse, pero lo que yo he encontrado, al menos durante la gestión de Juan Pablo II, es corrupción. No es 'político' proteger a pedófilos, a banqueros estafadores, a dictadores..." En el mismo libro, afirma que Wojtyla nada tuvo que ver con Solidaridad, el movimiento de Lech Walesa que combatió al comunismo en Polonia: "Karol Wojtyla es tan padre de Solidaridad como lo es de la Virgen María (risas)." Y también que la alta curia del Vaticano le inventó una 'nueva vida' pretendiendo que sea canonizado.

Por supuesto, la corrupción también tiene una cola de complicidad que al final incluye a la prensa ociosa, la que no investiga, la que mira solo la superficie.

9/1/08

Te hablará!

Sí, se que hay momentos en los que la incertidumbre nos acosa y envuelve. No sabes a donde ir, qué decidir, y si miras al cielo no escuchas ni ves... y todo parece oscuro. Pero... si conoces su corazón, si sabes que te ama, entonces sabes que hay respuesta. Sabes que te hablará. Sabes que no callará.

Preferimos

Dios hizo cosas buenas y hermosas. No hay duda. pero como dice ese sabio versículo bíblico: No todo edifica, no todo aprovecha. Y hay una razón para ello: hay algo de muerte introducida en la creación. Y su aguijón es llamado pecado. Soy libre entonces de hacer y tomar todo... con una obvia excepción. Por eso puedo ver cual ratón el queso... y saber que puede contener algo más. Me gusta, sí. De otro modo no sería tentación. Pero hay tanto bueno y limpio, tanto agradable y justo, tanta hermosura para disfrutar en pureza... que lo prefiero. ¿Para qué amargarme la vida o ensuciármela con las parientas de la muerte? Es bella la vida. Podemos disfrutarla sin enredarnos en aquella "libertad" que no se detiene ante los derechos ajenos, ni sabe distinguir entre lo santo y lo profano. Esta es nuestra preferencia.

3/1/08

Arkhe y Praxis

Hace algunos años oí a un profesor comentar que la cultura humana llegaría a un pleno desarrollo y que luego comenzaría a declinar en una especie de retroceso histórico inevitable. A veces sospecho que la moda “retro” está diciéndonos algo parecido. Espero que no, porque sería lamentable. Pero si ese es el mensaje, podemos decir que a nivel artístico o musical, parece que hay gente que sí retrocede. La música “de moda” parece ser cada vez menos musical, menos armónica. Y lo mismo sucede con la letra que acompaña a esas composiciones. Poco hay de creatividad y trabajo. Poco de inspiración. Hay una expresión cada vez más burda, primitiva, infantil, (no de inocencia sino de vano y ridículo), egoísta, craso y grotesco.

Pero más lamentable que lo anterior es el hecho de que las nuevas generaciones parecen tener poco criterio al respecto. Y de hecho, en ninguna generación es fácil ir contra la corriente. Pero, ¿se han dado cuenta que ahora ir contra la corriente parece significar ir contra cosas buenas? Ser medio malo, ser “maldito” o “dark”, etc., parece ser atractivo. Y la impaciencia se mezcla con la cobardía. Quiero decir, el deseo de las cosas rápidas (un signo que caracteriza también a esta generación) se une a la necesidad de aceptación (que a veces tiene altos costos), y resulta en mediocridad, en copias fotostáticas de una máquina que pretende ser contestataria pero que solo es una deformación de causas legitimas de protesta. Es la delincuencia aprovechándose de algunas libertades de la democracia, y que tienta con ir hacia la dictadura o unirse a su poderío brutal, injusto, cuasi-cool, enmascarado e instintivo.

Gracias a Dios la Iglesia es otro pueblo. Y gracias también a El conservar principios eternos no va con modas ni cambios temporales. Ni tradiciones ni innovaciones en si mismas sino haciendo historia desde la verdad. Gracias Señor!