24/2/20

El código Da Vinci y los gnósticos “evangelios” de Nag Hammadi (4)

Los gnósticos y el seudo evangelio de Judas

Este es un manuscrito al que algunos científicos le han dedicado años de su vida. Hay otros que muestran serias contradicciones con la Biblia. Sí, esos que conocemos comúnmente como “apócrifos”, y los que ya hemos mencionado[4]. Y a esos otros no les han dedicado tanto. La mayoría de ellos procedió de sectas gnósticas, (los “cainitas [5]” eran una secta gnóstica de donde procedía el llamado “Evangelio de Judas”). Yo creo que quienes están depositando su confianza en ese libro, y que para tener publicidad y ganancias lo difunden, (la National Geographic), se quedarán con una evidencia que resultará ser como el falso “eslabón perdido” que en 1999 difundieron ellos mismos. Por supuesto, no es científico deducir que porque se trate de un manuscrito antiguo y auténtico, sea legítimo en su procedencia, en su contenido histórico o en su identidad cristiana; eso no quiere decir que sea verdadero su contenido, (como doctrina o relato), ni cristiano o apostólico. 
Aclarando el tema, la pretendida autoría y el contenido de ese seudo-evangelio son tirados al tacho cuando consideramos: Los cuatro evangelios, (Mateo, Marcos, Lucas y Juan), de acuerdo en todo, complementarios entre si, y que no pueden ser desmentidos por un libraco como el seudo “evangelio de Judas”. Son CUATRO TESTIMONIOS. Y cada uno de ellos no es cualquier testimonio. Estos se oponen radicalmente al seudo-evangelio que tratamos.
  • El tiempo del manuscrito: Está bien atestiguado que los evangelios nuestros pertenecen al primer siglo [6] mientras que ese seudo “evangelio” es del siglo tercero (como mínimo). ¿Cómo pudo haberlo escrito Judas? Bueno, si se trata de una copia, igual, pues según atestiguan los evangelios, ese hombre murió poco después de la crucifixión del Mesías. Así que, ¿cuándo lo escribió?
  • El texto del mismo manuscrito contradice su legitimidad cristiana. Lo que se presenta es una visión del mundo y del futuro típicas de los gnósticos. Suena risible, cursi, deforme y mutado:
    • Los apóstoles engañados: Característicamente, Jesús reprocha una y otra vez a los doce, y se ríe de ellos. El único que permanece bien ante él es Judas, quien le confiesa como proveniente del “ámbito inmortal de Barbelo [7] :-) Jesús le ordena que se aparte de los otros discípulos para recibir una gran revelación. Eso supondría que Jesús engañó a todos sus discípulos, mintiéndoles descaradamente, para ensalzar a la gloria solo a uno: ¡Judas Iscariote!
    • Exaltación de la traición: El Jesús de ese escrito añade: “Tú los sobrepasarás a todos, pues sacrificarás al hombre que me reviste”. En otras palabras, la grandeza de Judas es su traición, o el haber facilitado la partida de Jesús al estilo gnóstico, desprendiéndose de una corporeidad impura [8].
    • La doctrina del anticristo: “Tú los sobrepasarás a todos, pues sacrificarás al hombre que me reviste”. ¿Que le “reviste”? Cualquiera se da cuenta de la “velada” forma en que la doctrina del anticristo, tan vapuleada por los apóstoles, está allí sacando tímidamente algo de sus ruinas. Pero de lo que se trata, en la doctrina cristiana, es la redención del cuerpo y de toda la naturaleza, (Romanos 8). Si bien la doctrina cristiana ensalza la encarnación de Cristo, los gnósticos no soportan algo así y pretendieron siempre que Jesús solo se “disfrazó” de hombre. Solo se “revistió” de un velo. Pero dice claramente la Escritura: “y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.” 1Juan 4:3. Los que no entienden esto ven en la encarnación solo “un disfraz” y por eso creen que puede haber “otra encarnación”. Así, es fácil para un impostor suplantar al Santo y Justo. Pero los que conocen la verdad han vencido.
    • Sin continuidad ni conexión con el AT y la esencial expiación: El trasfondo doctrinal de los Evangelios Canónicos son las Escrituras hebreas. En ellas, el Mesías establecería un Nuevo Pacto y moriría para obrar la expiación por los pecados. El Evangelio de Judas nada dice de las Escrituras hebreas (con excepción de los nombres de Adán, Eva y Set), y no muestra ninguna continuidad con ellas. Además, tampoco la muerte de Jesús posee valor expiatorio.
    • Un manuscrito desconectado del espacio-tiempo: Como bien dice Fernando D. Yaraví: “Pero además, el texto publicado sugiere que el Evangelio de Judas no fue escrito por alguien que conociera la geografía palestina ni las costumbres judías. No se menciona ningún lugar, ningún acontecimiento concreto de la vida de Jesús, y ni siquiera el nombre de los doce discípulos, con la sola excepción de Judas. Los acontecimientos transcurren en un limbo espaciotemporal. Todo lo contrario ocurre en los Evangelios canónicos, llenos de alusiones a costumbres, lugares y personajes del tiempo de Jesús.” Luego, está el libro de Hechos, aunque se le puede obviar por ser del mismo autor del evangelio según San Lucas. Este libro atestigua que Judas, no muriendo al ahorcarse, se compró un terreno en el cual cayó destrozándose la cabeza y muriendo, (cap.1).
  • El rechazo de la Iglesia. Los más antiguos cristianos, en especial los llamados “padres de la Iglesia”, rechazaron cada uno de los libros gnósticos incluido el “evangelio de Judas Iscariote”. Quiero decir que es tema viejo. Inclusive fiestas antiguas entre los cristianos como el ayuno de los miércoles en recuerdo de la traición de Judas testifican contra lo dicho en ese manuscrito. Se dijo en la N. Geographic que el obispo Ireneo de Lyon escogió en el siglo II los evangelios “que le parecieron” y descartó otros evangelios existentes. Pero la verdad es que, los cuatro Evangelios, fueron escritos poco después de los hechos que narran, viviendo aún testigos presenciales, y fueron reconocidos como autoritativos por las Iglesias circulando entre ellas como una colección a principios del siglo II. Así que Ireneo de Lyon declaró que había únicamente cuatro Evangelios auténticos, en tanto que la abrumadora mayoría de los cristianos admitía este hecho. ¿Qué acaso piensan que a Ireneo se le ocurrió eso y se lo impuso así nada más a las iglesias? Ireneo puso por escrito lo que ya era generalmente aceptado. Veamos unas líneas de lo que escribió Ireneo contra los gnósticos (tomado del libro Lo mejor de Ireneo de Lyon” –editorial CLIE) desde ese entonces:

Antisemitismo

También se dijo que en los Evangelios canónicos se manifiesta un creciente antisemitismo, y se lo relacionó con la persecución de los judíos (¡?!) que alcanzó su culminación en el siglo XX bajo el régimen nazi…Tamaño absurdo de incongruente acusación, pues los Apóstoles y demás seguidores del Mesías, casi todos ellos eran eso: judíos. Y es notorio el amor a sus paisanos aun en el discípulo que se apartó para dedicarse a los gentiles: Pablo (vea por ejemplo Romanos, capítulos 9 al 11, de donde le citamos solo 9:1-5: “Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema,  separado de Cristo,  por amor a mis hermanos,  los que son mis parientes según la carne; que son israelitas,  de los cuales son la adopción,  la gloria,  el pacto,  la promulgación de la ley,  el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas,  y de los cuales,  según la carne,  vino Cristo,  el cual es Dios sobre todas las cosas,  bendito por los siglos.  Amén.
¿Antisemitismo? Solo es claro que los espiritualistas (nunca espirituales) gnósticos pretenden alejar a los cristianos de los judíos así como pretenden proveer de excusas a los incrédulos y deslizar a los incautos. Los que preparan el camino al principal anticristo, desacreditando primero al cristianismo, y reemplazándolo luego con aquello que pretende ser la “verdadera religión”. Se desacredita la libertad para implantar una dictadura. Por supuesto, hay tanto en la iglesia romana para usar como argumento en contra, que no será muy difícil. Pero eso no quita la verdad del evangelio. En esto se equivocan los enemigos de la iglesia del Señor.

[4] El Evangelio de Judas es un documento gnóstico como los documentos de Nag Hammadi citados en El Código Da Vinci. Este documento publicado forma parte de un códice (conjunto de hojas cosidas a modo de libro) de papiro de 62 ó 66 páginas, hallado en 1978 cerca de El Minyah, una localidad en el margen occidental del Nilo. El sitio se encuentra al norte de Hag Hammadi, donde en 1945 se hallaron varios documentos relacionados. Fue comprado por anticuarios locales, ilegalmente sacado de Egipto y finalmente adquirido por la anticuaria de Zurich Frieda Nussberger-Tchacos en 2000. La propietaria lo llamó códice Tchacos en honor a su padre. El códice había pasado 16 años en una caja de seguridad en Nueva York, donde, lejos del clima cálido y seco de Egipto, su estado se había deteriorado notablemente. La Fundación Mecenas de Basilea (Suiza) lo adquirió en 2001, pero como la ley suiza no permite la venta de un documento robado de su país de origen, la citada Fundación debió buscar formas alternativas de obtener beneficios. Por ello convocó a National Geographic para conservar, autenticar, editar y traducir el documento, cuyo destino final será el Museo Copto de El Cairo. El códice Tchacos consta de hojas de papiro escritas de ambos lados. El Evangelio de Judas ocupa sólo una parte de su extensión. El resto contiene otros documentos como el Primer Apocalipsis de Jacobo, la carta de Pedro a Felipe y un texto denominado tentativamente el Libro de Alógenes. Está escrito en copto, el idioma popular de los egipcios entre los siglos III y X de nuestra era, que incorporaba muchas palabras griegas y se escribía en caracteres similares a los del alfabeto griego. Específicamente, la escritura corresponde a un dialecto copto llamado sahídico. La autenticidad del códice fue evaluada mediante una serie de técnicas que incluyen su datación mediante carbono-14, análisis de la tinta empleada, análisis multiespectral, paleografía (análisis de la escritura antigua). Además se realizó un análisis del contenido y estilo. Los resultados indican que se trata de un genuino códice copto que data del siglo III o IV de nuestra era. Esto no significa en modo alguno que sea un documento cristiano, ni mucho menos de origen apostólico.
[5] Hoy se hacen llamar así los vampiristas. Delincuentes y/o dementes que seguramente ven en Caín a su héroe. Por allí se introdujo la moda gótica de la que es bueno que aparte a sus hijos…
[6] Por ejemplo los hallazgos en Qumran, muestran en 7Q fragmentos de libros del NT entre los que se incluye: el Evangelio según San Marcos, Hechos, Romanos, 1 Timoteo, Santiago y 2 Pedro.
[7] Los gnósticos llamaron "Barbelo" a la primera manifestación divina. No tiene otro origen ese documento.
[8] Porque el gnosticismo consideraba la materia como inferior e indigna de redención y por eso consideraba a nuestro Dios creador como una divinidad inferior. Por ejemplo, afirmaban que Adán y Eva fueron creados por espíritus inferiores o diabólicos). La salvación, para ellos, consistía en adquirir un conocimiento superior, reservado a los pocos que eran dignos de él, (como Judas? J) sobre la verdadera naturaleza del alma humana y la forma en que ella puede trascender el universo material.

El código Da Vinci y los gnósticos “evangelios” de Nag Hammadi (3)

La mentira del matrimonio de Jesús

Afirma Brown en su novela que Jesús tuvo como compañera sexual a la “ex prostituta” María Magdalena y que sus hijos, portadores de su sangre, son el Santo Grial y los fundadores de la dinastía Merovingia en Francia.
Primero, debemos aclarar que María magdalena no era necesariamente una prostituta. Quien habló de ella de esa manera fue el “papa” Gregorio el Grande, en 591 d.C. Nunca la Biblia la mencionó de esa manera, y tampoco los primeros cristianos o la llamada iglesia primitiva.
Jamás la Biblia o algún documento confiable afirmó o siquiera pretendió soslayar que Jesús estuviera casado con mujer alguna. Es cierto que la mayoría de los hombres del tiempo de Jesús se casaban. Es cierto también que el matrimonio era considerado frecuentemente como una bendición y casi una obligación humana, pero también es cierto que habían excepciones. Filón de Alejandría, el escritor judío del primer siglo, describió a los esenios como aquellos que "repudian el matrimonio... porque ninguno de los esenios se casa jamás con una esposa". Filón dice también: "Este es, ahora, el envidiable sistema de vida de estos esenios, de forma que no solo personas individuales sino aun reyes poderosos admiran a los hombres, veneran su secta, y aumentan... los honores que les confieren".
Y aun si no hubiese sido así, la Biblia no condena la soltería en ninguna parte. Por cierto, elogia a los que escogen permanecer solteros para dedicarse plenamente a la obra del Señor (1 Corintios 7:25-38) aunque nunca por obligación o imposición, como es en el caso de los del Vaticano.
En Mateo 19:12, Jesús explica que algunas personas "no se casan para dedicarse sólo a trabajar en el reino de Dios" La Biblia en Lenguaje Sencillo). Concluye diciendo: "Por eso, esta enseñanza es sólo para quienes decidan vivir así". Es cierto que Jesús había decidido vivir así. Había renunciado al matrimonio para dedicarse plenamente a la obra de su Padre celestial.
Según el "erudito" personaje de la novela, Jesús y María Magdalena representaban la dualidad masculina-femenina (como Marte y Atenea, Isis y Osiris). Se supone que los discípulos de Jesús adoraban "el sagrado femenino", adoración que supuestamente está oculta en las catedrales construidas por los Templarios, en la secreta Orden del Priorato de Sión -a la que pertenecía Leonardo Da Vinci- y en mil códigos culturales secretos más, (¿quizá en el culto a María?). Pero esto es solo hablar por tener boca. Palabras sin sentido y que no solo se lleva el viento sino que son también causa de juicio para ellos. Los libros bíblicos, aquellos del Antiguo testamento en los cuales Jesús se fundamentaba para enseñar su doctrina, nunca dieron lugar a tales conceptos. Por ello, los cuatro evangelios, anteriores a cualquiera de los libros gnósticos, tampoco enseñan tal blasfemia y error doctrinal. Y si alguna de las seguidoras de Jesús podría ser considerada como una esposa, no por ello sería divina sino más bien santa, como sí podemos afirmar de la Iglesia, puesto que se le llama novia o esposa de Cristo [2].

Su mentira respecto al domingo

La novela de Brown, como otras con la misma teoría, pretende que el domingo, como día sagrado, fue robado a los paganos. Pero eso, una vez más, es falso. Desde el principio, los cristianos vieron el día después del sabbath, es decir, el día primero de cada semana, como el más importante día para reunirse. Ya lo hacían en época de Pablo: "y en el primer día de la semana, cuando estábamos reunidos para partir el pan", (Hechos 20:7). Por eso, él mismo pide que se reúnan las ofrendas el primer día de la semana, (1 Cor 16:2). 
Entre los llamados padres, Ignacio de Antioquía, la Epístola de Barnabás, la Didajé, todos autores de finales del siglo I y principios del II,  hablan del día del Señor mencionando el domingo ("dies domenica"). Justino, (más o menos por el 150 d.C.) es el primer cristiano en usar el nombre latino de "día del sol" para referirse al primer día de la semana. En el concilio de obispos hispanos de Elvira, en el 303 d.C. se proclamó: "si alguien en la ciudad no viene a la iglesia tres domingos seguidos será excomulgado un tiempo corto, para que se corrija". Luego, veinte años después, (quede claro que esto es posterior), por el 321, Constantino declara oficialmente el domingo como día de descanso y abstención del trabajo. O sea, que el domingo como día especial, es de origen cristiano. Posteriormente lo adoptó la sociedad civil.
También la fiesta pagana del 25 de diciembre en Roma la inventó el emperador Aurelio en 274, muchos años después de que los cristianos latinos celebrasen el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Cristo, aunque esto ya es otro tema. 
En los primeros siglos del cristianismo, se escribieron muchos libros apócrifos acerca de las enseñanzas de Jesús y sus apóstoles. Estos libros nunca llegaron a estar en el Nuevo Testamento. Algunos son: El Evangelio de Felipe, Los Hechos de Juan, Tercera de Corintios y El Apocalipsis de Pedro. ¿Cómo decidió la iglesia primitiva qué libros incluir en el Nuevo Testamento, y cuáles rechazar? ¿Cuándo se tomaron estas decisiones, y quiénes las tomaron? Según la novela, "la Biblia, tal como la conocemos hoy, fue compaginada por . . . Constantino el Grande" (231). Y de nuevo debemos preguntarnos: ¿es cierto esto?
La iglesia primitiva tenía criterios muy definidos que debía cumplir un libro para ser incluido en el Nuevo Testamento. Según señala el Dr. Bart Ehrman, un libro debía ser antiguo, escrito cerca del tiempo de Jesús. Debía ser escrito por un apóstol o por un compañero de un apóstol. Debía ser consistente con la comprensión ortodoxa de la fe. Y tenía que estar ampliamente reconocido y aceptado por la iglesia. Los libros que no cumplían con estos criterios no fueron incluidos en el Nuevo Testamento. ¿Cuándo se tomaron estas decisiones? Y, ¿quiénes las tomaron? Nunca hubo un concilio ecuménico en la iglesia primitiva que decretara oficialmente que los veintisiete libros que tenemos hoy en nuestro Nuevo Testamento eran los correctos. Más bien, el Canon tomó forma gradualmente a medida que la iglesia reconocía y aceptaba aquellos libros que eran inspirados por Dios. La colección más antigua de libros "que circuló entre las iglesia en la primera mitad del segundo siglo" fueron los cuatro Evangelios y las cartas de Pablo.
No fue hasta que el hereje Marción publicara su versión expurgada del Nuevo Testamento, alrededor de 144 d.C. que los líderes de la iglesia buscaron definir el Canon más específicamente. Hacia el final del segundo siglo, hubo un consenso creciente en la iglesia de que el Canon debía incluir los cuatro Evangelios, Hechos, las trece cartas paulinas, "epístolas de otros 'hombres apostólicos' y el Apocalipsis de Juan".
Por ejemplo, el Canon Muratorio, que data de fines del segundo siglo, reconoció a cada uno de los libros del Nuevo Testamento excepto Hebreos, Santiago, 1 y 2 Pedro, y 3 Juan.
Ireneo reconoció libros similares, si bien no idénticos, a fines del segundo siglo, al igual que Orígenes, a principios del tercer siglo. 
Por lo tanto, mientras que el listado más antiguo de todos los libros del Nuevo Testamento proviene de Atanasio, en 367 d.C., había un acuerdo generalizado sobre la mayoría de los libros (incluyendo los cuatro Evangelios) para fines del segundo siglo.
Por lo tanto, el Canon del Nuevo Testamento no fue producto de una decisión de Constantino. Por lo tanto, es completamente falso y fantasioso lo que afirma el libro de Brown. 

El santo grial y María de Magdala

“El Código da Vinci” dice que María fue la esposa de Jesús, y la que establecería la iglesia luego de la muerte de Jesús. ¿De dónde saca Brown tales blasfemias? Dos de los evangelios gnósticos son sus principales fuentes: El Evangelio de Felipe y El Evangelio de María (Magdalena). El “Evangelio” de María Magdalena La sección de este “evangelio” citada en la novela de Brown muestra un Pedro incrédulo, que simplemente no puede creer que el Cristo resucitado haya revelado secretamente información a María que no reveló a sus discípulos varones. Leví, sin embargo, reprende a Pedro: "Si el Salvador la consideró digna, ¿quién eres tú... para rechazarla? Sin duda el Salvador la conoce muy bien. Por eso la amó a ella más que a nosotros" (247).
¿Qué podemos decir de este pasaje? Primero, es importante observar que en ninguna parte de este evangelio se nos dice que María era la esposa de Jesús o la madre de su hijo. Segundo, muchos estudiosos creen que este texto probablemente debería leerse de forma simbólica, donde Pedro representa la ortodoxia primitiva cristiana y María, una forma del gnosticismo. Por lo tanto, este evangelio probablemente esté diciendo que "María" (es decir, los gnósticos) ha recibido revelación divina, aun cuando "Pedro" (es decir, los ortodoxos) no lo puedan creer. Finalmente, aun cuando este texto tenga que leerse literalmente, tenemos pocas razones para creer que es históricamente confiable. Probablemente fue compuesto en algún momento del final del segundo siglo, unos cien años después de los evangelios canónicos. Por lo tanto, a diferencia de lo que sugiere la novela, ciertamente no fue escrito por María Magdalena, ni por ninguno de los demás seguidores originales de Jesús.
Luego, cabe preguntarse qué es lo que al final creen los gnósticos: ¿Quién tiene el secreto de Jesús y el evangelio: María magdalena o Judas? Los Evangelios del Nuevo Testamento, las fuentes más antiguas, nos dicen que María era una seguidora de Jesús del pueblo de Magdala. Luego de que Jesús echara siete demonios de ella, ella (junto con otras mujeres) ayudó a apoyar su ministerio (Lucas 8:1-3). Fue testigo de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús, y la primera en ver al Cristo resucitado (Mateo 27:55-61; Juan 20:11-18). Jesús llegó a confiarle el anuncio de su resurrección a sus discípulos varones. Esto es todo lo que nos dicen los Evangelios acerca de María. Claramente, fue una mujer importante. Pero no hay nada que sugiera que fue la esposa de Jesús o que Jesús quería que ella liderara la iglesia.
El “Evangelio” de Felipe escrito recién en la segunda mitad del tercer siglo, más de doscientos años después del tiempo de Jesús. En consecuencia, su referencia a que Jesús besaba a María no es nada confiable históricamente. La sección de este evangelio citado en la novela de Brown dice lo siguiente: “Y la compañera del Salvador es María Magdalena. Cristo la amó más que todos los discípulos y solía besarla frecuentemente en la boca. Los demás discípulos se ofendieron por esto y expresaron su desaprobación. Le dijeron: "¿Por qué la amas a ella más que todos nosotros?”.
Note que la primera frase se refiere a María como la compañera del Salvador. En la novela, Brown dice por medio de uno de sus personajes: "Como le dirá cualquier estudioso del arameo, la palabra compañera, en esos días, significaba, literalmente, cónyuge”. Pero ese “evangelio” fue escrito originalmente en griego. Por lo tanto, lo que quería decir la palabra "compañera" en arameo es irrelevante. Aun en la traducción copta que se encuentra en Nag Hammadi, hay una palabra tomada prestada del griego (es decir, koinonos) detrás de la palabra que se traduce como "compañera". Darrell Bock señala que esta palabra puede significar "esposa" o "hermana" en un sentido espiritual, pero "no es el término típico o habitual para 'esposa' en griego". Koinonos se usa más frecuentemente en el Nuevo Testamento para referirse a "socio" o "compartidor". Lucas usa este término para describir a Santiago y Juan como los "socios" comerciales de Pedro (Lucas 5:10). Por lo tanto, la declaración de que María era la "compañera" de Jesús no demuestra, de ninguna manera, que era su esposa. [3]
Pero ¿qué podemos decir de la declaración siguiente: "Cristo la amó a ella… y solía besarla frecuentemente en la boca"? Primero, esta parte del manuscrito está dañada. En realidad, no sabemos dónde Cristo besaba a María. Por cierto, algunos creen que "era besada en la mejilla o la frente, ya que cualquiera de las palabras encaja en el corte". Segundo, aun cuando el texto dijera que Cristo besaba a María en la boca, no significaría que hubiera algo sexual involucrado. La mayoría de los eruditos concuerdan en que los textos gnósticos contienen mucho simbolismo. Por lo tanto, leer este tipo de textos literalmente es leerlos incorrectamente.

[2] Puede ver pasajes como Gálatas 4:26 y los capítulos 19-22 de Apocalipsis.

El código Da Vinci y los gnósticos “evangelios” de Nag Hammadi (2)

Los gnósticos y el mentiroso mensaje de un falso código

Desde hace tiempo se viene realizando una campaña anticristiana que pretende desautorizar la Biblia. El llamado “Código da Vinci”, un repugnante libro que de manera novelesca pretende desautorizar no solo la doctrina católica sino la cristiana en general y especialmente a la Biblia, es uno de los últimos manotazos. Es muy parecido a “La última tentación de Cristo” solo que pretende ser más serio y fundamentado. No es nada nuevo. La Biblia ha sido muchísimas veces atacada. Pero allí está: Firme, indeleble, estable, invariable, imborrable, indestructible.
Además de las cosas que refutamos respecto a los libros de Nag Hammadi, y puesto que lo que pretenden escritores y directores de obras como el “Código da Vinci” y el seudo-evangelio de Judas es dañar a la Iglesia (y aquí no me refiero a la católica sino sencillamente a la Iglesia del Señor), y desacreditar las Sagradas Escrituras, es necesario mostrar sus errores históricos y teológicos:

La mentira respecto a la Trinidad y la divinidad de Cristo

Tratamos esto primero porque en esta mentira Brown pretende asir las otras. Según el autor del pérfido libro, el concilio de Nicea del año 325 marcó la deformación del cristianismo. Antes de esta fecha, el cristianismo era supuestamente un movimiento que aceptaba "lo divino femenino", que no veía a Jesús como Dios, que escribía “muchos” evangelios, y que luego el emperador Constantino, un “adorador del culto -masculino- al Sol Invicto”, se apoderó del cristianismo y para desterrar a "la diosa" y convertir al profeta Jesús en un héroe-dios solar, hizo desaparecer los evangelios que no le gustaban, y dejó sólo los cuatro evangelios que le cayeron bien. ¿Es verdad eso? Pues no:
  • La verdad es que en una carta al historiador Eusebio, Constantino ordenó la preparación de "cincuenta copias de las Sagradas Escrituras", pero en ninguna parte de la carta ordena que alguno de los Evangelios sea alterado a fin de hacer aparecer a Jesús como Dios. Y aun si lo hubiera hecho, habría sido prácticamente imposible lograr que los cristianos aceptaran este tipo de relatos. Brown insulta el testimonio de los mártires de la Iglesia y el testimonio de muchos que aún vivos fueron convocados al Concilio de Nicea. ¿Qué piensa ese hombre? ¿Pretende decirnos que aquellos que estuvieron dispuestos a dar su vida por su fe, de pronto estuvieron dispuestos a renunciar a ella solo porque el emperador lo dispuso así? Ni siquiera en tiempos de atroz persecución la iglesia renunció a su fe. Esto deben recordarlo los cristianos y también los impíos como Brown que dicen patrañas sin lógica. ¿Cómo habría podido Constantino cambiar la fe de nuestros hermanos en un concilio sin que se diesen cuenta centenares de obispos? Quizá en otro tiempo, pero no cuando estaba viva la generación que defendió su fe hasta la muerte. Muchos de los obispos de Nicea eran veteranos supervivientes de las persecuciones de Diocleciano, y llevaban sobre su cuerpo las marcas de la prisión, la tortura o los trabajos forzados por mantener su fe. ¿Iban a dejar que un emperador cambiase su fe?
  • Si el cristianismo antes del 325 hubiese sido como dice Brown, nunca habría padecido persecución puesto que habría encajado con otras religiones paganas. Si el cristianismo sufrió persecución, eso fue por no aceptar las imposiciones religiosas de la sociedad y del poder político, y por proclamar que sólo Cristo es Dios, con el Padre y el Espíritu Santo.
  • Si Constantino hizo lo dicho por Brown, tendríamos evidencias en los Padres de la Iglesia. Pero no hay una en absoluto. Tenemos en cambio copias de Mateo, Marcos, Lucas y Juan que son significativamente anteriores a Constantino y al Concilio de Nicea. Además, tenemos copias casi completas tanto de Lucas como de Juan en un códice fechado entre 175 y 225 d.C., (¡al menos cien años antes de Nicea!). Otro manuscrito, fechado alrededor de 200 d.C. o antes, contiene la mayor parte del Evangelio de Juan. Podemos comparar estos manuscritos de antes de Nicea con aquellos que siguieron al Concilio para ver si hubo alguna alteración. ¿Resultado? Ninguna.
  • Las versiones prenicenas del Evangelio de Juan incluyen algunas de las declaraciones más fuertes registradas sobre la deidad de Jesús (ej: 1:1-3; 8:58; 10:30-33; etc.). Es decir, ¡las declaraciones más explícitas de la deidad de Jesús en cualquiera de nuestros Evangelios ya se encuentran en manuscritos que antedatan a Constantino en más de cien años! Todos estos textos demuestran que el cristianismo antes del 325 no era como dice la novela y que los textos gnósticos eran ajenos a los cristianos como lo son ahora.
  • Cada uno de los Evangelios fue escrito en el primer siglo d.C. Si bien son, técnicamente, anónimos, tenemos evidencia bastante fuerte de escritores del segundo siglo, como Papías (c. 125 d.C.) e Ireneo (c. 180 d.C.), que atribuye cada Evangelio a su autor tradicional. Si su testimonio es verdadero (y tenemos pocos motivos para dudarlo), entonces Marcos, el compañero del discípulo Pedro, escribió la esencia de la predicación de Pedro. Y Lucas, el compañero del apóstol Pablo, investigó cuidadosamente y escribió la biografía que lleva su nombre. Finalmente, Mateo y Juan, dos de los doce discípulos de Jesús, escribieron los libros que se les atribuyen. Si todo esto es correcto, entonces los sucesos registrados en estos evangelios "están basados en el testimonio directo o indirecto de testigos oculares".
  • Craig Blomberg, un estudioso del Nuevo Testamento de Denver Seminary, observa que la introducción del Evangelio de Lucas "se parece mucho a los prólogos de obras históricas y biográficas de la antigüedad en las que la gente confía generalmente". Además, señala que, dado que Mateo y Marcos son muy similares a Lucas en términos de género, "parece razonable que la intención histórica de Lucas reflejaría muy estrechamente la intención de ellos".
  • Finalmente, Juan nos dice que escribió su Evangelio para que la gente pudiera creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y que, al creer, pudieran tener vida eterna en su nombre (20:31).
  • Nunca hubo “muchísimos evangelios”, como se afirma en la novela, y tampoco “miles de crónicas” sobre la vida de Jesús. [1]
  • Y ¿qué es lo que realmente sucedió en Nicea? En este concilio el debate era sobre las enseñanzas de Arrio, un sacerdote herético de Alejandría que desde el 319 enseñaba que Jesús no era Dios, sino un dios menor. De unos 250 obispos, sólo dos votaron a favor de la postura de Arrio, mientras que el resto afirmaron lo que hoy se recita en el Credo, que el Hijo de Dios fue engendrado, no creado y que es de la misma naturaleza (substancia, homoousios) que el Padre, es decir, que Dios Hijo es Dios, igual que Dios Padre también es Dios, un mismo Dios pero distintas Personas. Pese a esta unanimidad de los padres conciliares, el historiador Teabing en la novela dice que Cristo fue "designado Dios" ¡por un estrecho margen de votos! Su blasfemia y error respecto a la divinidad de Jesús Brown afirma que ningún cristiano pensaba que Jesús era Dios hasta que el emperador Constantino lo deificó en el concilio de Nicea del 325. Si ese autor pretende decir que Jesús se casó, es al fin y al cabo porque pretende negar la Divinidad de Cristo. Y luego afirma que los cristianos del primer siglo no creían que Jesús fuese Dios. Esta es la mentira central. Según Brown, la doctrina de la deidad de Cristo fue producto originalmente de una votación en el Concilio de Nicea, como vimos. Asegura que "hasta ese momento de la historia, Jesús era considerado por sus seguidores como un profeta mortal . . . un gran y poderoso hombre, pero un hombre al fin de cuentas". No obstante:
  • El Concilio de Nicea se reunió en 325 d.C. Para entonces, los seguidores de Jesús ya habían estado proclamando su deidad por casi tres siglos. Nuestras fuentes escritas más antiguas sobre la vida y las enseñanzas de Jesús se encuentran en el Nuevo Testamento. Estos documentos del primer siglo afirman repetidamente la deidad de Cristo.
  • Un repaso a los evangelios canónicos, escritos casi 250 años antes de Nicea, muestra unas 40 menciones a Jesús como Hijo de Dios.
  • En su Carta a los Colosenses, el apóstol Pablo declaró: "Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo" (Colosenses 2:9; ver también Romanos 2:5; Filipenses 2:5-11; Tito 2:13).
  • Y el Evangelio de Juan dice de Jesús: "En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios... Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros" (Juan 1:1, 14).
  • Tito 2,13: "esperamos que se manifieste la gloria del gran Dios y salvador nuestro Jesucristo".


  • 2Pedro1,1: "Simón Pedro, sirviente y apóstol de Jesucristo, a aquellos que por la justicia de nuestro Dios y salvador Jesucristo han recibido una fe tan preciosa como la nuestra".
  • Además del Nuevo Testamento, hay también afirmaciones de la deidad de Jesús en los escritos de los Padres de la Iglesia pre-nicenos. Por ejemplo:
  1. Ignacio de Antioquía (principios del siglo segundo), escribió de "nuestro Dios, Jesús el Cristo".
  2. Carta a los efesios de San Ignacio de Antioquía, c.35-c.107 d.C.: "Pues nuestro Dios, Jesucristo, fue según el designio de Dios, concebido en el vientre de María, de la estirpe de David, pero por el Espíritu Santo".
  3. Diálogo con Trifón, San Justino Mártir, c.100-c.165 d.C.: "Si hubieses entendido lo escrito por los profetas, no habrías negado que Él (Jesús) era Dios, Hijo del único, inengendrado, insuperable Dios".
  4. Contra los herejes, libro 3, San Ireneo de Lyon, c. 130 -200 d.C.: "Él (Jesucristo) es el santo Señor, el Maravilloso, el Consejero, el Hermoso en apariencia, y el Poderoso Dios, viniendo sobre las nubes como juez de todos los hombres".
  5. Exhortación a los griegos, de San Clemente de Alejandría, 190 d.C.: "Sólo Él (Jesús) es tanto Dios como Hombre, y la fuente de todas nuestras cosas buenas".
  6. El alma 41:3, por Tertuliano, año 210 d.C.: "Sólo Dios está sin pecado. El único hombre sin pecado es Cristo, porque Cristo también es Dios".
  7. Las doctrinas fundamentales 1:0:4; por Orígenes, c.185-c.254 d.C.: "Aunque (el Hijo) era Dios, tomó carne; y habiendo sido hecho hombre, permaneció como era: Dios".
  • Hay también un testimonio no cristiano del segundo siglo de que los cristianos creían en la divinidad de Cristo. En una carta de Plinio el Joven al emperador Trajano, fechada alrededor de 112 d.C., Plinio dijo que los primeros cristianos "tenían la costumbre de reunirse en cierto día fijo... en el cual cantaban... un himno a Cristo, como a un dios". Está claro que los cristianos creían en la deidad de Cristo antes del Concilio de Nicea.

El código Da Vinci y los gnósticos “evangelios” de Nag Hammadi (1)

Por el 367 d.C., unos monjes locales copiaron aproximadamente unos 45 escritos religiosos diversos (incluso los evangelios de Tomás, Felipe y Valentín, considerados apócrifos por la iglesia cristiana), en una docena de códices encuadernados en cuero. Esta biblioteca fue cuidadosamente sellada en una urna y escondida cerca, entre las rocas, donde permaneció sin descubrirse durante casi 1600 años. En diciembre de 1945, unos campesinos egipcios hallaron accidentalmente el conjunto de 12 códices de papiro en lengua copta sahídica, no lejos de la aldea de Nag Hammadi, en el Alto Egipto. 
Según la novela de Brown, "El Código Da Vinci", esos textos de Nag Hammadi representan "los registros cristianos más antiguos". Pero eso es totalmente falso. Los documentos de Nag Hammadi no son "los registros cristianos más antiguos", ya que cada uno de los libros del Nuevo Testamento es anterior a ellos. Los documentos del Nuevo Testamento, incluyendo los cuatro Evangelios, fueron escritos todos en el primer siglo d.C. En contraste con estos documentos, las fechas de los textos de Nag Hammadi van del segundo al tercer siglo d.C. 
Así es. Los textos de Nag Hammadi son posteriores al Nuevo Testamento y además tienen una teología completamente diferente. No provienen de fuente cristiana. Aunque Brown dice en su novela El Código da Vinci, que esos son los "evangelios inalterados", y que, “cuentan la verdadera historia acerca de Jesús y el cristianismo primitivo” no son nada más que documentos gnósticos. Y cuando se dice que son gnósticos, se está diciendo que más bien fueron escritos por enemigos del cristianismo.
El fundamento clave del gnosticismo es que la salvación se obtiene a través de un conocimiento secreto dado a los iluminados. Por ello, los evangelios gnósticos no dan ninguna importancia a la muerte y a la resurrección de Jesús. Ellos separan al Jesús humano del Cristo Divino, y los consideran como dos seres distintos. Así, fue simplemente el Jesús humano el que sufrió y murió, o tal vez Simón de Cirene… en realidad, no les importa mucho el asunto, porque según su forma de ver, la muerte de Jesús era irrelevante para obtener salvación. Lo importante para ellos era el “conocimiento secreto” que trajo el Cristo divino. Aquí, haciendo un paréntesis, debemos subrayar que, mientras la novela de Brown insiste en un Jesús solo humano, los libros en los que se fundamenta más bien presentan a un Jesús solo divino. Irónico pero así es.
Debo añadir lo siguiente, (aunque corresponde más a la subsiguiente sección): Como para que se considere veraz, “el Código da Vinci” menciona a los rollos del Mar Muerto, los hallados en Qumran, junto a los escritos de Nag Hammadi, como si demostrasen la adulteración de las Sagradas Escrituras (la Biblia). Pero estos rollos de Qumran solo contienen literatura relacionada a la secta judía de los esenios incluyendo algunos libros del Antiguo Testamento, pero… ¡ningún evangelio gnóstico! Así que para nada sustentan lo dicho por Brown en boca de sus personajes. (Tampoco fueron encontrados en el 1950 sino en el 1947).
También es verdad que, mientras los libros de Qumran respaldan la Escrituras del canon bíblico, los manuscritos de Nag Hammadi no tienen ningún tipo de conexión ni con los libros ni con la teología del AT. Además, los libros de Nag Hammadi, estaban escritos en copto sahídico, (de traducciones del griego), y no en arameo como se afirma en la novela.

6/2/20

PRESUNCIÓN DE INOCENCIA Y DEBIDO PROCESO

Mis hijos han tenido, a pesar de cómo están los medios de comunicación, (en especial el internet), una infancia y adolescencia más sana que yo. Eso por distintos factores entre los que cuenta, por ejemplo, que han recibido la Palabra de Dios desde temprana edad. También, el hecho de vivir en un lugar menos conflictivo. No obstante, el mayor tuvo un problema interesante hace algunos años.
Un vecino nuevo, de quien varios comentaban que era un ladrón, salió apresurado de su casa mientras mi hijo pasaba cerca de la suya, y de pronto lo agarró con fuerza y comenzó a gritar que mi hijo había entrado a su casa a robar.
Cuando llegué al lugar, este no le soltaba, y mientras yo contenía las ganas de decirle a mi hijo que lo golpee, (y sumarme al maltrato), procuraba disuadir al susodicho, diciéndole que nosotros más bien regalábamos cosas a la gente, y que no teníamos razón alguna para proceder así. Además, que él no tenía nada que nosotros pudiésemos necesitar, (todo lo que yo veía en su casa estaba viejo y además, ¡tenía menos cosas y casi sin valor!). Obviamente, lo que yo decía no era tanto para persuadir a esa persona realmente, sino a los demás vecinos, porque al escuchar al calumniador, algunos parecían dudar de la honestidad de mi hijo.
Mientras pensaban en nuestras razones, poco a poco fueron abandonando la sorpresa y no le dieron ningún crédito al acusador, y más bien me daban la razón mientras un poco bajito me decían: "este quiere acusarles para que los demás no se den cuenta que es un ladrón".
Ese suceso terminó bien. Pero más de una vez he visto gente proceder con violencia ante alguna acusación callejera que no se podía corroborar. Sin contar con la policía, con el poder judicial, etc., la gente a veces ha preferido "tomar la justicia" en su mano. Y las consecuencias no han sido buenas.
Las acusaciones que muchos repiten o que uno repite continuamente, pueden ser muy peligrosas porque al ser continuas, van adquiriendo credibilidad. La gente las va creyendo sin prueba o evidencia. Sin mayor testimonio más que la murmuración y la suspicacia. Pero si esta acción procede desde el gobierno, como una preparación para determinado plan, entonces estamos ante un gobierno que se torna dictatorial y mafioso. Muy peligroso. Y si a eso se le añade que cuelan al mosquito y dejan pasar al camello, entonces todavía peor.
Dios nos libre de esos prontamente. Amén.