16/12/17

Fujimoritis: la culpa de uno no quita la del otro

El Presidente de la República está en graves problemas. Ha mentido y lo vuelve a hacer cuando afirma una y otra vez que es honesto. Está a punto de ser vacado y hay suficientes y buenas razones para ello.
Los que vemos en todo esto un acto de justicia divina, porque este es el gobierno lgtbi que sigue imponiendo la ideología de género en las diferentes instituciones del Estado, damos gracias por el curso que prosigue el destape de toda la corrupción, ya no sólo en relación a la identidad sexual de las personas, sino a la política y económica.
Sí resulta preocupante, de otro lado, que una parte de la población no vea la corrupción de este gobierno. Y si la ve, no le importa. Lo que sólo parece importarle es hablar de Fujimori. No importa qué suceda en el ámbito político, ellos sólo tienen ese tema. No importa si los empoderados en el gobierno han resultado ya peor que Montesinos, o si aquellas cosas de las que acusan a Fujimori resultan risibles ante los nuevos casos. Ellos siguen obsesionados.
Peor aún, no atinan a decir nada contra esta corrupción. No hay indignación. No hay sino una generalización que de algún modo los lleva de nuevo a hablar de AF o su hija, la que no ha gobernado aún.
Lo que no se dan cuenta, es que cuanto más se dedican a eso, logran sin querer atraer más simpatía hacia ella, porque ese olor a parcialidad fanática cae injusto. No parece importarles la justicia, que se quite la corrupción, sino, de alguna manera, hablar mal de una señora que nada tiene que ver con las decisiones y actos viles de los ya consabidos personajes, en tanto cada uno responde por si.
Ellos le hacen el juego a los izquierdistas, aunque parezcan ser de derecha. Le hacen el juego a los de la ideología de género y a feministas radicales, aunque muchos parecen cristianos. Pero lo que hacen no es justo, tampoco saludable.
Mientras AF está en la cárcel, ¿a estos corruptos de turno se les pretende absolver acusando al reo? ¿O a su hija? Aconsejo ordenar no sólo las ideas. Ordenar el corazón es más importante. ¿Por qué ese odio, gratuito y personal? (algunos parece que hubieran sido personalmente maltratados por Keiko Fujimori). ¿Que hubo corrupción en el gobierno de su padre? Ahora más. Y recordando que ella no fue gobernante, más contraste aún. Pero no la estoy absolviendo. Sólo digo que cada cual en su caso y su momento. Si el que ahora está mal es el Presidente, ¿Por qué debo mirar a otra persona? Cada cual debe responder por su propia culpa. Así es de sencillo. 
Debo añadir algo más, porque lo que más indignación y tristeza me causa, es que estas personas están obnubiladas a tal punto, que jamás escucho de ellos alguna condena o indignación, con la excarcelación de terroristas, con la recompensa a los terroristas o con lo que están haciendo por medio de sus grupos fachada. Y entonces uno se pregunta, ¿qué les interesa en verdad? ¿La moral y la ética de los gobernantes peruanos, o mirar siempre obsesionados y discorayados la imagen de Fujimori? Porque para eso sí salen a las calles... y hasta parecen seriamente indignados. Pero, ¿dirán algo respecto a las corrupción que ahora se ve en toda Latinoamérica, y de la que el presidente actual es parte? Lo dudo. Ellos sólo ven el «golpe fujimorista».