En estos días, y algunos entenderán por qué, he recordado algunas cosas que el Señor hizo con mi madre. Deseo resaltar una.
Hace cerca de veinte años, ella se encontraba muy mal de la columna vertebral. No caminaba. Sentía espantosos dolores, (se lo que es estar así), y no podía moverse. Tenía los discos desgastados y hernia entre los discos. Era triste verla así.
Cierto día, mi hermana Rina, viendo la tv, escuchó al hermano Ben Kinchlow, de Club 700. El decía en oración: "... una señora en Perú, que ha estado enferma de la columna; El Señor la sana ahora", y de alguna manera, ella sintió que esto tenía que ver con mi madre, así que salió de casa y subió a su auto para dirigirse a verla de inmediato.
Cuando llegóa casa, ya mi madre estaba sana. Caminaba, lo cual a todos nos dejó boquiabiertos. Se abrazaron, lloraron. No sentía dolores, reía felíz. Los demás nos enteramos luego.
Esa fue una de las primeras ocasiones en que el Señor tocaba a mi puerta con un milagro de sanidad. A veces me río pensando: "¿habrá sido un programa en directo o grabado?" De cualquier modo, Dios hizo lo que quiso. Eso es lo importante. Y si fue grabado o en diferido, ¡cuanto más se ha glorificado!
Y ¿cómo lo vivó mi madre? Pues resulta que ella veía el mismo programa. escuchó a ben y de inmediato, mientras pensaba que sería lindo que se tratase de ella, comenzó a sentir un ligero calor en su cabeza, que descendió por toda su columna. Entonces, sabiendo que se trataba de ella, emocionada, comenzó a probar con moverse... ¡aleluYah!, para darse cuenta que ¡ya no había dolor!
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