19/11/13

Necesidades sicológicas y pastorales en la Policía Nacional

Las Sagradas Escrituras avalan el uso de las armas de parte de las autoridades. Se puede afirmar inclusive que hasta parece aprobar la pena de muerte cuando se habla del ejercicio de esta autoridad:
... porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Romanos 13:4.
De otro lado, también se da una alta exigencia de contenido ético para los que sirven al Estado con armas, por ejemplo, desde la predicación de Juan el Bautista:
También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario. Lucas 3:14.
Así que, ¿cómo calificamos el uso injusto, ilegal y asesino del armamento, contra un ciudadano al que más bien debiera protegerse? No es semejante a la traición? Por ejemplo, en estos días un joven deportista fue asesinado, según los noticieros, por un policía, en Ayacucho. Se dijo que eso sucedió luego de una discusión. En las entrevistas a los amigos del colegio, donde coincidentemente estudiaron los dos, (el policía y el joven fallecido),  declaraban que, desde esa etapa escolar, el que decidió ser policía tenía problemas de conducta, (problemas psicológicos, dijo uno de ellos). 
Y es que una cosa es estar dispuesto a matar, es decir hacer uso del armamento por causa de la ley y la justicia, en cumplimiento del deber, y otra hacer maldad y violencia contra el prójimo al cual se sirve. Pero la ética en muchos casos tiene que ver con el manejo de las tensiones, con el dominio o el control de las emociones, el alejamiento del alcohol y estupefacientes, etc. Y esto nos lleva al tema: ¿Evalúa la Policía sicológicamente a sus postulantes? ¿Tiene un verdadero y efectivo filtro sicológico o solo se trata de asuntos sicotécnicos? ¿Sirven de algo estas evaluaciones, si se dan, o solo pesan las recomendaciones harto conocidas? ¿Existe un respaldo emocional y fortalecimiento ético constante en el cuerpo policial? Esto es necesario, porque los muchos policías probos son vituperados por causa de algunos que, a causa de un descuido (mejor dicho irresponsabilidad) o una tarjetita, son admitidos, o por causa de uno que no tuvo la fortaleza y el control suficientes bajo alguna forma de presión emocional. 
En las iglesias, el cristiano tiene por lo general ese tipo de apoyo, de modo que puede enfrentar sus crisis y tensiones mejor que cualquier otra persona. Por ello, no estaría mal que nuestro gobierno introduzca un cuerpo pastoral que guíe y apoye a los policías. De paso, sería una forma de ejercitar la libertad y la igualdad religiosa en las instituciones públicas. Los capellanes católicos seguramente están procurando suplir lo que se requiere en esta área, pero a todas luces no es suficiente o es inefectivo. Y si esta sugerencia no pareciese la mejor, pues sencillamente considérese a los psicólogos, (aunque hay cosas para las que no será tan fuerte la protección del alma como la que concede la preciosa esperanza cristiana de la vida eterna).
Pienso que las reformas que deben darse en la Policía del Perú deben incluir este punto. Tuve algunos amigos en Hogar Policial. También familiares policías. Y una de las cosas que de hecho he visto resaltar, es que no pocos policías necesitaban ayuda psicológica. Sus familias estaban en crisis. Seguramente por el entorno difícil en la zona, pero también porque, pienso yo, no tenían el respaldo, el apoyo necesario de su institución o del gobierno, que les ayude a relacionarse mejor con sus esposas e hijos, que les ayude a establecer una sana separación o un equilibrio adecuado entre su labor llena de encuentros con delincuentes y personas llenas de malicia, y sus familias que necesitaban disciplina pero con amor y sabiduría. 
La labor del policía no es fácil. Pero la institución que los acoge debe por esto mismo, tener mayor cuidado en la recepción de personas probas y sanas, y luego proveerles la cobertura emocional y ética necesarias, (constante y no por talleres ocasionales), por cuanto ellas son las que deben proteger a los ciudadanos, porque eso les llevará a hacer un uso verdaderamente responsable del armamento. 

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