Ahora, no importa tanto si se es de derecha o de izquierda. La división de esos grupos ya no parece ser la misma, porque parece que ya no los separa la doctrina. Todos están unidos por la corrupción, contaminados por ella. Hermanados unos y otros, con excepciones fácilmente contables.
Lo peor, no obstante, es que esa contaminación no sólo se mantiene allí, sino que la mayoría es tan caradura que están muy tranquilos y contentos como si confiasen en que estando todo tan corrompido, estarán libres de castigo.
Desde la cabeza, parece no haber cosa limpia en el Estado. Y añaden entonces algo más ruin todavía. Pretenden corromper también a los niños. A las generaciones venideras, las pretenden educar con un sistema corruptísimo y demente, desde el que cualquier sistema de valores estará desencajado y quebrado.
Así, las sociedades se van desintegrando, auto destruyendo. Y no importa si usted está en Europa, o en algún país subdesarrollado, se están liberando fuerzas destructivas. Sí, también en la naturaleza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario