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15/5/17

EL DERECHO DE CREER

Hace poco leí un artículo del Comercio en el que se pretende enseñar a los cristianos a interpretar las Sagradas Escrituras. No es el único. Últimamente, a muchos se les ha ocurrido hacerlo. Por ejemplo, al Ministro del Solar. El Arzobispo católico tuvo que escucharle en unos segundos que, me imagino, fueron muy largos y atormentadores... tentado de darle una bofetada o mandarlo con la Inquisición si esta aún pudiese hacer algo... 
Lo que me lleva a  deducir este tipo de acciones es que, habiendo notado la fuerza del pueblo creyente, los defensores del lobby gay y la ideología de género están arremetiendo contra la base misma de su fe: La Biblia. 
Ellos están pretendiendo enseñarnos teología y hermenéutica. Pretenden que siglos de doctrina preciosa y piadosa se deshagan por sus modernos descubrimientos. Quieren enseñar a la Iglesia metiéndose por las ventanas del Templo sin entrar por la Puerta. No obstante, una mínima claridad en comprensión de lectura es suficiente para darse cuenta de su patinaje intelectual a causa de su vanidosa e impía pretensión. 
Gracias a Dios, nuestro país es teísta. O más bien y mejor, de fe cristiana. Nuestra Constitución lo deja claramente establecido. Y espero que hasta el retorno de nuestro Señor así permanezca. Pero lo que no pueden atacar desde el ateísmo y las herejías de los de la IG, quitándonos el derecho a creer, lo están procurando de otro modo.
La manera que usan estos seudo-científicos, es pretender primero que Dios no tiene parte en estas discusiones humanas, seculares, legales o judiciales. Es decir, si tú deseas opinar desde tu fe, eres un retrógrado. Y por eso todos aplaudimos a quienes pueden defender nuestra posición sin apelar a Dios, la Biblia o cualquier expresión de fe religiosa. 
Yo estoy de acuerdo con ese esfuerzo. Es decir, me alegro también con quienes defienden lo natural, la familia y la vida desde una postura "a-religiosa". Pero aquí hay una sutil corriente que debemos percibir y atender para que no nos tomen por sorpresa. Porque poco a poco, resulta que está mal hablar de Dios y de nuestra fe. Poco a poco, resulta ridículo pretender afirmar tesis o postulados éticos basados en nuestra fe. Y eso está muy mal, es peligroso. 
Si la fe es sólo algo que ha de llevarse en el corazón, entonces de nada sirve en esta tierra de manera concreta. Pero la fe verdadera, que obra por el amor, no está aquí para eso sino para traer el reino de Dios, el cielo a la tierra. Desde ella es que nacen las obras buenas, las bienintencionadas. de todos los creyentes. Desde aquí es que vale celebrar la fraterna navidad o el amor precioso de las madres.
Desde esta fe es que los valores se levantan fortalecidos pues sin ella su fuerza es pequeña ante la amenaza de la violencia y la complicidad corrupta. Desde esta fe es que la esperanza se mantiene no como imaginación y especulación potencialmente frustrantes, sino como un firme asidero por la gracia de la revelación. 
Puedo hablar de mi Dios. Puedo actuar motivado e impulsado por esta fe y construir un sistema ético que depende de Él y lo considera en obediencia. Puedo llevar este sistema a la Constitución y las leyes de mi país, (como se hizo por ejemplo en los EUA). Porque soy un ciudadano que cree. Y porque tengo derecho a expresar mi fe y a expresarme desde mi fe respecto a cualquier asunto de esta vida. 
No puedo ni debo avergonzarme de confesar a mi Dios y Señor en cualquier opinión, expresión o manifestación que afecte la ética, las leyes o cualquier asunto social. Es mi derecho a creer. Y lo defenderé con mi espíritu, mi alma y mi cuerpo. 

25/5/16

SI NO HABLO CONFORME A MI FE, ¿DE QUÉ SIRVE MI RELIGIÓN?

"No metas a Dios en esto". ¿Les parece familiar? Estoy seguro que a muchos cristianos les han respondido así cuando ellos citaron alguna frase o versículo de la Biblia, o cuando sencillamente dijeron que Dios estaba en contra o condenaba alguna conducta.
Eso sucede frecuentemente en los "encuentros" con alguna persona que defiende la conducta homosexual. Si tú dices que la Biblia lo rechaza o condena, según ellos debes callarte porque eso no vale. Citar a Dios en asuntos tan serios e importantes, para ellos es ilógico. Pero lo peor no sucede en esas conversaciones cotidianas sino en los medios de comunicación y en los medios políticos como el Congreso. Parece que para esas personas Dios es sólo un concepto o una caricatura. Algo irreal que no viene al caso.
Y es que ni tú ni yo podemos dejar de hablar de Dios cuando se tratan temas tan importantes y en los que pretenden quitarnos libertad. Nuestra fe, nuestra religión, no serviría de nada si solo fuera para sentirnos religiosos y llenarnos la boca diciendo que creemos en Él. Los demonios también creen y tiemblan.* Pero mi fe en el Dios vivo me lleva a disentir de lo malo, a desecharlo y deshacerlo. Porque para eso vino el Hijo del hombre.**
Esto es algo que deben entender los medios y los políticos. Si respetan nuestra religión verdaderamente, si la aceptan o la toleran, NO pueden callarnos al hablar desde la voluntad del Dios en el que creemos y al que adoramos.
Nuestro Dios, el único Dios verdadero, es invocado en nuestra Constitución y en nuestro Himno Nacional. Por eso también nuestra Policía nacional tiene el lema "Dios y Patria". Y no permitiremos que el creador del universo visible e invisible sea tenido en poco.

En complicidad con ellos, también están quienes piensan que podemos vivir de cualquier modo mientras declaramos creer en Dios. Son los tibios. Ellos piensan que Dios se contentará tan sólo porque digan que creen en Él, mientras siguen conductas y criterios que pertenecen a otros dioses y otras religiones con el mayor desparpajo. Pero el Señor ha dicho:
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mateo 7:21
 Y no es que nos consideremos perfectos. Pero una cosa es caer y otra quedarse tirado, (y encima defender esa conducta). El Señor es celoso, y es el mismo que dijo:
No tendrás dioses ajenos delante de mí, (Éxodo 20:3).
También afirmó:
Reuníos, y venid; juntaos todos los sobrevivientes de entre las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva. Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua. Isaías 45:20-23.
Bendito su Santo Nombre, y ante Él se rindan los gobiernos y las naciones todas.


* Santiago 2:19.
** 1Juan 3:8.

4/2/16

Cristianos y política: Para qué y cómo?

Mientras muchos hermanos aun se preguntan si Humberto Lay debió meterse en política, tenemos ya a un buen grupo de hermanos que están involucrados en diversos partidos. 
Yo creo el problema de nuestros hermanos no es si deben participar en política o no. De hecho debemos hacerlo, (toca a cada uno,  en especial a los que tienen algún ministerio, discernir si es un verdadero llamado de Dios involucrarse en un puesto político). Pero pienso que el problema es que no todos están  preparados. 
He conocido, por ejemplo, candidatos cuya formación bíblica o teológica era muy escasa. Y por eso mismo no se podía esperar mucho de su ética. 
Si un cristiano no está listo para presentar defensa por el evangelio, mucho menos lo estará cuando pretenda afiliarse a un partido político. Lo que sucede por lo general es que se tornan en férreos defensores de una línea política que a veces no va acorde con el evangelio, y la defienden como si fuera la verdad, y a su partido como si fuera la iglesia.
Gracias a Dios, hay también de los otros, y pienso que esos contribuyen al desarrollo del país y dan buen testimonio. 
Creo que es buen momento para involucrarse en la política, es decir, en los diversos niveles y estamentos del gobierno. Hay mucho que debe hacerse desde allí. Pero evalúe usted en su corazón si va por que tiene algún interés personal o si desea, como cristiano, servir a su Señor, su iglesia y su país. Si es lo primero, no se introduzca con la fachada de cristiano representativo. Si es lo segundo, ciña sus lomos como varón y que nuestro Dios le ayude. 
Si un cristiano se aleja de su Señor por causa de su partido o ideología política, no está siendo sal que pierde su sabor?