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4/7/23

La utopía comunista del Foro Económico Mundial

 


Que el Foro Económico Mundial tenga una agenda comunista, cae extrañísimo. «No poseerás nada y serás feliz» es un buen resumen del plan. ¿Pero, qué puede llevar a las élites económicas a estar de acuerdo con, por ejemplo, el partido Comunista Chino? La explicación respecto a Bergoglio es más comprensible. El pontífice siempre ha mostrado un corazón socialista. ¿Pero los grandes de las finanzas y las inversiones? 

Una explicación que se me ocurre es que alguien los haya convencido de ser buenitos con su prójimo, haciéndoles creer o pensar que con eso se ganarán el cielo. Es decir, alguien que los ha adoctrinado, (al igual que a tanto "caviar" que abunda hoy en muchos países, y que desde la perspectiva marxista podrían denominarse un tanto contradictoriamente, "burgueses comunistas"). 

Bueno, lo que me parece más real es que simplemente quieren tener el gobierno o dominio más fácil. La población dominada al miedo, con una tierra que tenga más que suficiente para la provisión necesaria, (con la población disminuida obviamente), y ellos administrando la repartición de todo. No importa si es comunismo porque al fin y al cabo, mientras ellos estén arriba, eso será lo de menos. 

Los pueblos, mientras tanto, estarán felices. Mantenidos con pan y circo. ¿Qué más les puede interesar? Y esto, por más alucinante que parezca, ya lo voy notando en muchos, (especialmente adoctrinados por los que aprovechan el resentimiento y la amargura, así como el escaso discernimiento...). 

La Agenda 2030 se ha adelantado. La aceleran. Y mientras ellos pisotean muchas vidas, tienen cobardes cómplices e indiferentes. Otros sencillamente prefieren no saber y vivir sus vidas con algo de alegría y solaz. Por mi parte, yo le invito a enterarse, a divulgar, a defender su libertad y la de su prójimo. Y alegrarse, pero no durmiendo. Relajarse pero trabajando. Soñando, pero a Dios rogando... ¡y peleando!

29/9/20

El misterio de iniquidad y el NOM

Existe un secreto que estuvo muy bien guardado por el adversario y sus hijos. Este procuraría el dominio y control total en el mundo estableciendo su anhelado imperio. Para ello, tomaría todo lo que corresponde al Mesías. Así que no solo se trataría de aspectos externos como el sociopolítico. También sometería las religiones, procurando someter las almas. Entonces, para lograr esto, se pondría como Dios "en el templo de Dios", (2Tes. 2:1-12).

Con esas atribuciones, el anticristo se opone a todo lo que recibe culto o es adorado. De allí que hablemos de una religión única. Su pretendido control total de la población, (en especial el aspecto económico), acompañado de blasfemias y total oposición contra la Iglesia, (Ap. 13:6-7), estaría culminado con la adoración a su persona e imagen. 

Esta apocalíptica "bestia que sale del mar",  tiene una "manifestación" política y otra religiosa, (la bestia que sale de la tierra), como puede leerse en el capítulo 13. La bestia política es el imperio romano y la religiosa está en su centro de gobierno. Aparentemente es Roma, la "ciudad de las 7 colinas" y que ejerce autoridad sobre muchas naciones y lenguas, y que persiguió y asesinó muchos cristianos, primero como centro de gobierno del imperio y luego como sede pontificia, fingiendo un cristianismo que no poseyó sino nominalmente, (Ap. 17)En este sistema religioso hay muchos cristianos sinceros, pero que deberán salir de allí para no recibir consecuencias del juicio divino, (Ap. 18:4-6).

Tiene 7 cabezas. Podrían ser 7 mini imperios en el final de la historia. Y ha habido varios intentos de levantar el imperio romano, incluyendo el imperio ruso, el intento de Napoleón y el Reich de Hitler.

El imperio romano resurgiría al final pretendiendo una vez más dominar el mundo, como instrumento del diablo, (Ap. 13:3-4). Desde aquí podemos advertir que todo gobierno dictatorial, se acerca a ese peligro. Sobre todo si tiene un poder internacional o global. Pero estará casi totalmente identificado si  además es ateo, (característica socialista, o si prefiere comunista, que es buen instrumento de los globalistas), porque se opondrá a todo lo que es adorado, como se señala en 2Tes. 2. 

De hecho, ya se ha logrado avances significativos. Muchos se atreven a llamarle “la nueva normalidad”, (como el presidente de España). Muchos líderes mundiales pedían y promovían este nuevo orden, incluyendo al pontífice.

Se trata, obviamente, de un gobierno anticristiano, por lo que resaltan dos factores: ateísmo con doctrina socialista (o con características dictatoriales aunque sea de derecha) y ética anticristiana. Esta se puede ver claramente en el aborto, la eutanasia, el feminismo radical, los ecologistas radicales, la deshumanización o transhumanización, la ideología de género con la imposición de la homosexualidad, la pederastia y otras perversiones e iniquidades como los matrimonios gay.

Este misterio ya está develado. Y como ellos suponen ya realizado su plan, ya casi no se esconden. Pocas cosas tienen guardadas. 

12/1/16

Mientras el pontífice pide un gobierno mundial, yo espero al Mesías

La mayoría de los cristianos sabemos que una de las formas en que el principal anticristo gobernará, es por la ayuda de su falso profeta, es decir, por la venia y el respaldo de una iglesia o religión falsa. También sabemos que pretenderá un gobierno mundial, de modo que todo quede bajo su dominio, (Apocalipsis 13:11-14).
Tomando en cuenta esos puntos, ¿cómo podemos calificar el llamado de los últimos papas? Juan XXIII, luego Benedicto y al final, con mayor fuerza, lo ha hecho Francisco, (aquí sólo algunas noticias al respecto: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7).
Si tomamos en cuenta la disposición del microchip para marcar a cualquiera, la tecnología que hoy es suficiente para ejercer control sobre las poblaciones, el avance del islam y del laicismo, no podemos sino prepararnos para una gran batalla. Y por supuesto, esta guerra ya tiene un resultado. Por ello, no cesar de adorar, de alimentarse de la palabra y de proclamar el evangelio de salvación amando a su prójimo es el punto en que cada creyente debe enfocarse. 
Muchos hablan de estas cosas como si deseasen despertar miedo en los cristianos. Pero nosotros no caminamos por miedo sino por fe. Y no somos de los que "retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma", (Heb. 10:39). La gran batalla culmina con la evidente victoria de Jesucristo. Por eso, no hay mejor lugar que estar con él. Y no importando lo que haya de suceder hasta Su retorno, nos espera el bien. Nos aguarda la felicidad, preciosas bendiciones a su diestra. 
Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. (Ap. 22:20).