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8/3/22

POR EL DÍA DE LA MUJER


Se suele presentar el día de la mujer como una celebración de la lucha que las mujeres han sostenido en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. Y no sólo es respetable sino encomiable esta lucha. Pero, algunos objetivos y sus logros no parecen ser muy acordes a la justicia, la paz o el verdadero desarrollo que se pretende alcanzar. Por ejemplo:

¡Se las necesita mujeres!

Es decir, que sean lo que son y que defiendan lo que son, con orgullo y dignidad. Hoy, la defensa “feminista” ya no lo es más. Se trata de defender homosexualidad. Se trata de lo “transgénero”. Y se le puede preguntar a las mujeres violadas en las prisiones por “mujeres trans”, o a las deportistas que se vieron vencidas por esos, (algunas inclusive pagando con su salud o su vida).

¿Dónde ha quedado la defensa de los verdaderos derechos de las mujeres? ¡Han quedado relegadas! Y tal parece que se las ha abducido en esa ideología de modo que ahora ellas, serviles, defienden “los géneros” (como si tal cosa existiese), de modo que están defendiendo a los que las atacan, deshaciendo lo más precioso que poseemos de este mundo: la familia. 

¡Se las necesita esposas!

Hay muchas virtudes en las mujeres. Y entre estas también están su sensibilidad y su feminidad. Pero además, su valentía, su coraje y resiliencia. ¡Pueden ser varoniles! Pero eso no las constituye enemigos de los varones, ¿verdad? Nosotros las necesitamos. Y ellas a nosotros... ¡Así fuimos diseñados!

En la famosa comedia de Aristófanes, Lisístrata, las mujeres realizan una huelga sexual contra sus cónyuges, (y pensar que en una página de la ONU se toma la historia como cierta). Y en esa misma línea, el movimiento feminista actual, lleva a las mujeres a irse tornando en enemigas de los hombres. ¡Como si no nos necesitáramos! El sexo es visto como una especie de guerra y tránsito de opresión y no como un medio generoso de unidad y felicidad mutua. Toda una extraña transformación ideológica de aquello que es natural y que el Creador nos concedió.

¿En qué pretenden ser las mujeres “iguales” a los hombres? ¿En fuerza? No lo son. Y esto es cosa de la naturaleza. ¿En fortaleza emocional? Tampoco. Entonces, en derechos. Y en esto sí estamos de acuerdo. Y me parece bien que en la Revolución Francesa, las parisienses hayan pedido "libertad, igualdad y fraternidad" marchando hacia Versalles para exigir el sufragio femenino. Sólo que esa igualdad de derechos no puede implicar la paridad porque es injusta. Aunque los hombres tengamos los mismos derechos como género, eso no significa que se contrate o pague igual a todos. Depende del tipo de trabajo, de los riesgos, habilidades, capacidades, responsabilidad, arte, eficiencia, etc., que cada uno aporte. Por lo tanto, una mujer no debe ser contratada o recibir el mismo pago solo porque es “igual al varón”, sino en base a sus méritos, capacidades, eficiencia, etc., etc.,  ¡tal como nosotros!

¡Se las necesita madres!

¡Cuanta falta están haciendo hoy las madres! Su cariño y ternura, su exigencia y severidad, la persistente educación y disciplina. 

El egoísmo es una de las grandes fuerzas con las que se promueve el aborto. “Mi” cuerpo… Pero es otra mentira. No se trata de su cuerpo. Es el cuerpo de una indefensa e inocente criatura. Es el bebé al que debería amar y proteger. Y no importa si fruto de una violación, ¡porque NO ES EL CULPABLE! Y porque si ella no lo quiere, seguro otros lo querrán, para amarle como ellas no pueden. El afecto natural es desterrado de sus corazones para exigir la muerte del inocente. Eso, será juzgado con severidad.

Hoy se pretende sacar a la mujer de una responsabilidad tan importante, ser madre, pretendiendo que “el Estado” se encargará de la formación de los niños. O alguien más de por allí. El resultado es que la sociedad, con familias destruidas, está cada vez peor.

Las mujeres han tenido el honorable rol de educar y guiar a sus hijos, para forjar hombres de bien, luchadores, transformadores de la historia. Y en este propósito deben continuar. ¿No se quiso asesinar a Moisés, el gran legislador? ¿No se quiso hacer lo mismo con nuestro Salvador? ¡Y cuántas vidas, cuántas promesas de hombres ilustres habrán sucumbido cegadas por el asesinato masivo de los abortorios! 

13/11/19

Si no es prosperidad, ¿qué es entonces?

El Evangelio es prosperidad. De otro modo, no sería buena nueva. Se que algunos lo han distorsionado, exagerando sus métodos, pero la postura opuesta de quienes pretenden tener una "sana doctrina", también es herética. 
Hace poco he visto siervos de Dios corrigiendose teológicamente. Avergonzándose de lo que un día confesaron. Pero si repasamos las Escrituras sin temor, y nos preguntamos por qué creímos en Cristo, con honestidad, veremos que siempre es por el bien. Jamás querríamos seguirle si igual nos fuésemos a la condenación. El bienestar es esencial en  un mensaje que se proclama como respuesta a las necesidades humanas. 
Lo escandaloso para algunos es predicar ese bienestar para el tiempo presente y especialmente en el aspecto económico. Pero la cuestión es: ¿no hay promesas para ello? Y si  las hay, ¿no es legítimo creer en ellas? ¿No hemos visto tantos milagros a través de la historia, y tantos testimonios diversos por esta fe? 
Y es que la fe que sólo mira al futuro es más bien esperanza. Pero la fe produce hoy sus obras. En este tiempo y en esta tierra. Y nuestro Señor es el Señor desde ahora y no desde el más allá solamente. Si el evangelio es, como está escrito, "para dar buenas nuevas a los pobres... sanar a los quebrantados de corazón... pregonar libertad a los cautivos... vista a los ciegos... poner en libertad a los oprimidos... predicar el año agradable del Señor..." entonces no puede ser sino prosperidad. 
La gloria de Dios puede ser vista ahora. Y los que creen la verán. El hecho de que a veces seamos frustrados no vuelve mentira la  Palabra de Dios. Usted no puede eliminar Sus promesas sólo porque alguna no  se cumplió en su vida. No abandone  la fe. Sea fiel. Un día las veremos plenamente cumplidas, pero mientras estamos en expectativa de su reino, nuestra fe no sólo vence al mundo. También erige testimonio. 

27/6/18

Algo está muy mal si todo lo que sentimos está bien

Vivimos en un tiempo en que  aquello que ya mostrábamos como defecto en la naturaleza humana,  aquello que nos roba libertad y llamamos concupiscencia, o la carne, como una manifestación del pecado, es presentado en este tiempo como algo bueno por ser "natural". Y si bien los cristianos siempre lo hemos sabido, los nuevos teóricos de la ética  nos dicen que sí, que allí está, pero que no es algo malo.
Una de las últimas formas en que esto se ha evidenciado escandalosamente es un video de TED en que una chica presenta la pedofilia como una inclinación tan natural como la heterosexualidad.


Es lo mismo que hasta hace poco se decía de la homosexualidad. Es decir, que es algo tan natural que no puede ser malo. Pero como sabemos, ni es tan natural ni es buena. 
Ellos afirman que su "preferencia" no es una elección. Es algo que tienen allí porque sí. Es natural. El problema es que de ese modo se puede justificar casi cualquier cosa. Todo consiste en solamente decir que lo sientes, que naciste así, que no elegiste sino que ese es tu sentimiento o atracción o preferencia natural. Y de pronto, puedes quemar casas o edificios, puedes mentir compulsivamente, puedes robar "naturalmente", y ... resulta muy preocupante la lista de cosas que pueden incluirse, ¿verdad?
Hace algún tiempo, un científico llamado George Murray Levick, escribió respecto a la aberrante y pervertida conducta sexual de los pinguinos Adelia.* Desde esas observaciones, si por darse en los animales esa conducta podría asumirse como normal y buena, entonces se aprobaría la homosexualidad, la pedofilia, la violación y la necrofilia. Pero obviamente, no porque algún tipo de animal actúe en cierta manera puede catalogarse su conducta como natural y buena.
Algo está pasando en nuestra sociedad. Algo que ya he descrito como demencia cultural o demencia social. Sólo que es más que una enfermedad. Es pecado, impiedad, una forma de iniquidad de esta sociedad que recibirá el juicio de Dios de tal manera que puedo temer no deslindar, no demandar, no denunciar... mientras clamo por nuestro arrepentimiento.

* https://es.gizmodo.com/sexo-salvaje-y-sin-escrupulos-en-la-antartida-el-cient-1790322740