13/12/19

Las fechas de la Navidad

Hoy se dice mucha barrabasada respecto a nuestro Señor. Un ejemplo es lo publicado en El PaísEntre otras bazofias, mencionan el culto al sol como origen de la navidad, teoría que algunos cristianos se han creído. Y eso es lo que defienden los ruselistas o falsos “testigos”.

¿Es verdad que la navidad se origina en ese culto y no en el nacimiento de Cristo? ¿Cómo se fechó en realidad en 25 de diciembre como el día de su nacimiento? La razón más fuerte que algunos tienen para oponerse al 25 de diciembre, es que era invierno y los pastores no pudieron haber estado con sus animales a la intemperie. Según la Biblia los pastores “vivían a campo raso y guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños” (Lucas 2:8). De allí que el libro “La vida cotidiana en Palestina en tiempo de Jesús”, (desde el título, sesgado, pues llama Palestina a lo que debe llamarse Israel), explica que los rebaños se quedaban al aire libre desde “la semana antes de Pascuas (finales de marzo) y no volvían hasta mediado noviembre... Pasaban el invierno en las majadas, y ese detalle basta para probar que la fecha tradicional de Nochebuena en invierno tiene pocas probabilidades de ser exacta, puesto que el Evangelio nos dice que los pastores estaban en los campos”.

Pero teólogos como James Dunn señalan que a partir del 25 de diciembre las jornadas comenzaban a ser más largas. El verano comenzaba a "triunfar sobre el invierno".(1) Es decir, sí es probable que en esos días los rebaños hayan estado fuera. Porque no se trata tanto de fechas, ya que, ¿quién no sabe que las características del tiempo y el clima no son estáticas ni fijas? 

Algunos pretenden calcular el día del nacimiento haciendo una cuenta regresiva a partir de su muerte, que tuvo lugar en la primavera del año 33 de nuestra era, en la fecha de la Pascua: 14 de nisán (Juan 19:14-16). Pero olvidan que ese año tampoco fue datado correctamente, si el primero no lo fue. No obstante, afirman que “Jesús tenía unos 30 años cuando comenzó su ministerio, el cual duró tres años y medio.” Es decir, pretenden hacer cálculos exactos, contando días, ¡cuando sólo están calculando aproximados! Luego concluyen: “Eso significa que nació a principios de otoño del año 2 antes de nuestra era”. Pero, ¿tenía Jesús realmente 30 años? ¿Recién los había cumplido o ya estaba por cumplir 31? Y su ministerio, ¿fue así de exacto? 

Últimamente se habla mucho de la fecha real de la navidad. Nuestro muy bien informado hermano César Vidal nos ofrece,  por ejemplo, una de las teorías respecto a la fecha navideña (C.Vidal). Veamos otras, aclarando el tema de la infiltración pagana:

La saturnalia no llegaba al 25 de diciembre, ¡y nunca antes se cuestionó esa fecha!

Esta teoría afirma que se escogió el 25 de diciembre por causa de una fiesta romana llamada “saturnalia” donde se rendía culto al dios sol. Pero, esa  fiesta no se celebraba exactamente el 25 de diciembre, sino que iniciaba el 17 de diciembre y culminaba el 23 (no el 25). Según esta teoría, los cristianos aprovechaban la distracción de los romanos durante esta fiesta pagana para festejar el nacimiento de Cristo sin inconvenientes. Como cuando la gente celebra halloween mientras nosotros celebramos el día de la Reforma, (al menos yo, lo hago). 
El primer informe de esa teoría proviene de un manuscrito medieval del año 1,100 d.C. más o menos, de Dionisio Bar-Salibi. Pero fue conocida no hace mucho. Es decir, ¡a nadie se le ocurrió cuestionar la fecha navideña por unos 1900 años! Para todos el 25 de diciembre fue siempre la fecha del nacimiento del Señor. 
H. Usener en 1889 y B. Botte en 1932, fueron quienes comenzaron a difundir esa teoría, y basados en ese manuscrito que no puede corroborarse, ¡porque no es del tiempo a que hace referencia, sino muy posterior! Además, hay que observar que no se acusa a los cristianos de asimilar la fiesta pagana, sino de aprovecharla. 

El cálculo desde la concepción: 25 de diciembre.

La segunda teoría, “del Cálculo”, afirma que antiguamente se creía que la encarnación, (es decir la concepción), sucedió un 25 de marzo. Se creía también, que los hombres más santos morían en la misma fecha de su nacimiento,  ya que  interpretaban literalmente pasajes como Deuteronomio 34:7, “Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió”, (es decir, que como no se mencionaba ninguna fracción de tiempo, supusieron que Moisés murió en la misma fecha en que nació, sólo que 120 años después). Así, asumieron que Cristo se habría encarnado exactamente el 25 de Marzo y, com los 9 meses de embarazo, resultó el 25 de diciembre. (2)
Ese pensamiento puede notarse también en un tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios, en el que se afirmó: "Nuestro Señor fue concebido el 8 de abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la Pasión del Señor y de su concepción, pues fue concebido el mismo día en que murió".(3)

Sexto Julio Africano: 25 de diciembre

Algunos hermanos consideraron la fecha de ¡la creación del mundo! Entre ellos, el autor cristiano Sexto Julio Africano, en el 220 d. C.,  especuló que el mundo fue creado el 25 de marzo. Llegó a esa conclusión basándose en un estudio minucioso de la historia judía y cristiana. Según este autor, esa fecha sería también el día que Cristo fue concebido en el vientre de María. Afirmó eso partiendo del principio de que la venida de Cristo marcó el inicio de una nueva creación. Habiendo establecido el 25 de marzo como la fecha de la concepción de Cristo, concluyó que Él nació nueve meses después, es decir, el 25 de diciembre.

Abril y mayo... ¡pero en el siglo segundo!

Clemente de Alejandría, anota que un grupo gnóstico fechó el nacimiento de Cristo al 20 de mayo del 3 d.C. Pero después, el mismo Clemente declaró a fines del siglo 2do, que algunos creyentes en Egipto celebraban el nacimiento de Cristo en abril. Eso revela algo interesante: ¡nuestros hermanos celebraban la navidad desde muy temprano!  Es decir, ¡no fue un invento tardío! 

Hipólito: 25 de diciembre

Hipólito, (170-236), consideró que Cristo murió el 25 de marzo; por tanto, afirmó que nació el 25 de diciembre. En su comentario sobre el libro de Daniel, hay una nota que indica que Cristo nació el miércoles 25 de diciembre.
Él tomó el ministerio de Zacarías y la combinación con los “seis meses” mencionados en la anunciación a María (Lucas 1:26). Así llegó a la conclusión de que la vida de Jesús, desde la concepción hasta la crucifixión, fue de 33 años, y que ambos eventos ocurrieron el 25 de marzo. Como en los casos anteriores, sumar los 9 meses resulta en el 25 de diciembre. 

La fecha del equinoccio vernal señala al 25 de diciembre

En el mundo antiguo, el calendario que usaban indicaba que la fecha del equinoccio vernal era el 25 de marzo. Esa era la fecha, en el hemisferio norte, en que los días comenzaban a alargarse, porque el sol amanecía cada día más temprano. Dado que uno de los nombres o títulos de Cristo en el Antiguo Testamento es ‘Sol de Justicia’ (Malaquías 4:2), los cristianos del inicio consideraban que era apropiado que Cristo hubiera sido concebido en esa fecha. 

Concilio de Nicea

Aunque hay una acusación contra Constantino, como si hubiera establecido la fecha del 25 en el siglo IV, el mismo día que se celebraba el culto al Dios Invicto, la realidad es otra. Fue el emperador Aureliano quien, en el año 274 d.C., estableció el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento del dios Sol. Con esto podemos notar que lo establecido por los cristianos nada tuvo que ver con lo pagano, aunque coincidieron en la fecha como hoy el día de la Reforma y la fiesta de las brujas.
Otro hecho notable es que para la época del Concilio de Nicea en el 325 d.C., la iglesia de Alejandría ya había fijado el día de la natividad y la epifanía. Hacia el 336 d.C., se celebraba la Navidad en la iglesia en Roma. En un almanaque llamado “El Cronógrafo del 354” se menciona el 25 de Diciembre como festejo del nacimiento de Cristo, (y aunque en ese calendario figura como 8  de enero, traspuesto al calendario actual resulta en 25 de diciembre). El obispo Julio I pidió en el 350 d.C. que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha. Luego, Liberio decreta este día como el nacimiento de Jesus de Nazareth en el 354 d.C.

Siricio y las iglesias de oriente: 25 de diciembre

En el 384, Siricio de Roma escribe al obispo de España haciendo referencia a la celebración del nacimiento de Cristo el 25 de diciembre. Antes de estas fechas, en la iglesia del Este ya se festejaba el nacimiento de Cristo el 6 de enero. Pero para el 300 ellos deciden también cambiar el festejo al 25 de diciembre. Los padres capadocios ya predicaban sermones en Navidad el 25 de Diciembre del año 386 d.C.

Juan Crisóstomo: 25 de diciembre

Juan Crisóstomo, hacia el 386 DC, afirmó que la fecha cierta de la celebración del nacimiento de Cristo es el 25 de diciembre. Él observó que Zacarías pertenecía a la octava orden de sacerdotes. Según la forma en que los judíos calculaban las fechas de las órdenes sacerdotales, la octava orden estaría sirviendo en el templo del 2 al 9 de octubre del año 5 a.C. Seis meses después, María visitó a Elizabet, cuando recién había concebido a Cristo. La fecha sería marzo. Luego de una gestación de nueve meses, Cristo habría nacido en diciembre. 

Ambrosio: 25 de diciembre

Ambrosio, quien murió en el 397, escribió una serie de himnos conmemorando la natividad de Jesús alrededor del 25 de Diciembre.

Un bien fundamentado cálculo 

En 25 de diciembre no se ha establecido al azar, sino en referencia a otras fechas. El nacimiento de Jesús viene relatado en los evangelios de Mateo y Lucas. Estas son nuestras fuentes más antiguas acerca de su nacimiento. 

El oriente cristiano celebra el 23 de septiembre el anuncio de Gabriel a Zacarías, padre de Juan Bautista. Esta fecha se entrelaza con el Anuncio del Ángel a María, seis meses después, luego la natividad de Juan Bautista y nueve meses después de la Anunciación de la Natividad del Señor.

El Evangelista San Lucas, en 1:5-14 afirma que en el momento de la concepción de Juan el Bautista, Zacarías su padre, sacerdote del grupo de Abdías, oficiaba en el Templo de Jerusalén y, según 1:24-36, Jesús nació aproximadamente seis meses después de Juan.  

Lucas hace una referencia al edicto de César Augusto, (Censo de Quirino, 6-7 a.C.), y da otra referencia interesante: Zacarías pertenecía al turno de Abdías que era el 8vo. Los sacerdotes hijos de Aarón estaban distribuidos en 24 sebaot, (clases, grupos) y turnos perennes de servicio al culto del templo. La cuestión sería definir la fecha en que le tocó a lo largo del año.

El hallazgo del calendario de los Jubileos de Qumrán ha dado pistas a los investigadores. Cada grupo o clase oficiaba en el templo por una semana, de sábado a sábado.

El calendario era solar y no lunar y según referencia exacta, el turno de Abdías le tocó servir en el templo dos veces: la primera, el 14 del tercer mes. La segunda, del 24 al 30 del octavo mes. Esto correspondería a los últimos diez días del mes de septiembre. Contando 9 meses, Juan habría nacido en Junio. Luego, Jesús habrá nacido a fines de Diciembre.

Detallándolo más:

1Cronicas 24:7-19, indica que había 24 grupos de sacerdotes que servían por turnos en el templo y al grupo de Abdías le correspondía el octavo turno. Contando los turnos desde el comienzo del año, al grupo de Abdías le correspondió servir a comienzos de junio (del 8 al 14 del tercer mes del calendario lunar hebreo). Siguiendo esta hipótesis, si los embarazos de Isabel y María fueron normales, Juan nació en marzo y Jesús en septiembre. Esta fecha sería aparentemente compatible con la indicación de la Biblia (Lucas 2:8), según la cual la noche del nacimiento de Jesús los pastores cuidaban los rebaños al aire libre, lo cual difícilmente podría haber ocurrido en diciembre. Además, debe tomarse en cuenta el censo ordenado por César al tiempo del nacimiento del Hijo de Dios, lo cual obviamente no pudo haber sido en diciembre, época de intenso frío en Jerusalén, la razón es que el pueblo judío era proclive a la rebelión y hubiera sido imprudente ordenar un censo en esa época del año.

Pero, como los turnos eran semanales, tal y como lo confirman los manuscritos del Mar Muerto, descubiertos en Qumrán, cada grupo servía dos veces al año y nuevamente le correspondía al grupo de Abdías el turno a finales de septiembre (del 24 al 30 del octavo mes judío). A esto se refiere Lucas 2:1-3.  Si se toma esta segunda fecha como punto de partida, Juan habría nacido a finales de junio y Jesús a finales de diciembre. 

¡Feliz Navidad! 




1-Jesús recordado, el cristianismo en sus comienzos. James Dunn
2- Esta teoría ha tomado fuerza luego de la publicación de Thomas Talley llamada The Origins of the Liturgical Year, (Collegeville, Minn. 1991).
3- The Free Dictionary. Consultado el 4 de diciembre de 2014: Pascua.

Referencias:
Ballesteros, Juan M., ‘La Historia de Navidad’,
Héctor Velis-Meza, ‘Orígenes de palabras y tradiciones relacionadas con la Navidad’, en ‘Palabras con Historia: El Blog de Héctor Velis-Meza’
Kelemen, Lawrence, The Real Story of Christmas (‘La Verdadera Historia de la Navidad’), http://www.simpletoremember.com/vitals/Christmas_TheRealStory.htm
Kelly, Dr Joseph, The Origins of Christmas (El origen de Navidad).
Tighe, William, Calculating Christmas (El cálculo de la fecha de la Navidad), en la revista Touchstone.

27/11/19

Nuestra victoria sobre el infierno


En su libro La Divina Comedia, Dante presenta una imagen muy cercana  a la bíblica sobre lo que son el cielo y el infierno. De hecho, su imaginación parece haber sido alimentada por libros bíblicos y conexos (del judaísmo y el cristianismo).
Cualquiera que ha leído la Biblia puede haber notado que el infierno es una realidad infrahumana. Pero los conceptos bíblicos del infierno (desde aquí ya entramos en un ámbito variado) nos permiten notar que no siempre se refieren a lo mismo. Por ejemplo, tenemos:
  1. El sepulcro o "hades"*, lugar y ámbito de los muertos, pero donde hay conciencia y sufrimiento. Este es el infierno presente. 
  2. El "tártaro**, la muerte. 
  3. El lago de fuego o "gehenna" ***, el segundo y definitivo infierno. La segunda muerte y lago de fuego. 
El "tártaro" es un ámbito no muy conocido. Se sabe poco de ese lugar. Parece más bien un lugar dentro del infierno, más terrible o temible, puesto que allí hay lugares para seres poderosos como los ángeles caídos. El "lago de fuego" o "gehenna" es el lugar al cual serán lanzados todos aquellos cuyos nombres no se encuentren en el libro de la vida. Allí también será lanzado el dragón, la bestia y el falso profeta mencionados en los últimos capítulos de Apocalipsis. Asimismo, allí se lanzará al mismo "hades". Así que mientras la "gehenna" o el "lago de fuego" es un infierno futuro, preparado para después de la resurrección y el juicio, el "hades" es como el infierno presente. 
¿Por qué la afirmación del estado presente del "hades"? Porque nuestro Señor y el resto de la Escritura así lo presentan. Uno de esos pasajes que lo ilustran muy bien, es la narración de lo que sucede al rico y Lázaro (Lucas 16). El hombre rico no puede comunicarse con sus hermanos, pero es consciente de la vida de ellos y desea librarlos de los sufrimientos que les esperan. Este hombre ve a Lázaro en un estado de sosiego y solaz. Tiene conciencia. Pide por sus hermanos. Pero sufre en un lugar que no es la tierra propiamente, aunque tiene conciencia de ella y lo que podría acontecer a sus más cercanos. 
Con todo, hay algo más respecto al "hades" y su conexión con el mundo. Este "primer infierno", como ámbito de dominio de la muerte, se manifiesta en el mundo y es también el lugar desde el que los enemigos del hombre se afincan y pretenden que todo esté bajo su gobierno. La raza humana está a su merced. Y por ello los hombres viven o experimentan algo de ese infierno. Toda la violencia, injusticia, corrupción, enfermedad, miseria, que aquí se experimenta, es precisamente producido, fomentado y promovido desde el hades. No obstante, también la "gehena" hace su parte, inflamando la lengua y con ella, la creación entera... (Stgo. 3).
¿Qué detiene o frustra los planes y designios de ese reino de maldad llamado "hades"? El reino de Dios. Ese reino que se manifiesta en la tierra desde la Iglesia. En las palabras de Jesús nuestro Señor se revelan claramente, tanto la injerencia del "hades" en el mundo, y su lucha contra el pueblo de Dios, como la presencia y la victoria de la Iglesia contra esa potestad: "... y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella (la Iglesia)... " Mateo 16:18.
Si usted se pregunta por el sufrimiento en este mundo, acuérdese del reino de la muerte, el "hades", procurando envolver a los hombres. Si usted, de otro lado, quisiera oponerse y luchar contra ese infernal gobierno, únase a la Iglesia como un militante, como un súbdito leal de Jesucristo, el Señor de todos (me gustará saberlo). ¡No sea indiferente! Eso es sencillamente otra forma de ser cómplice.
Dios le bendiga por sus sabias decisiones. 

*Nombre derivado del griego con igual fonética.
**Del griego, con igual fonética pero con traducción incierta.
*** Del hebreo, "valle del hijo de Hinnom", lugar referencial para este caso, que era usado como basurero donde se quemaban deshechos. 

21/11/19

¿ Qué son las maldiciones generacionales?


En cierto tiempo, todas las revistas y los periódicos hablaban de la "Maldición de los Kennedy". Pero si ese caso no fuese sino pura especulación, lo que llamamos maldiciones generacionales o cadenas de iniquidad no lo es.
Uno de los más crudos ejemplos de maldición generacional es el pecado original. Es decir, un pecado, en potencia en este caso, que se hereda. Pero no sólo se hereda la inclinación “natural” a pecar, sino también la consecuencia. Por eso lo hombres mueren. Y eso es el resultado de lo que hicieron los primeros padres.
La Biblia nos habla de diversos casos que ejemplifican la verdad de este principio. Mencionaré algunos. 

La maldición de Canaán: Génesis 9.

Noé maldijo a su nieto Canaán. En realidad, quiso maldecir a Cam, pero siendo su hijo directamente, tuvo que desatarla sobre el hijo de este, Canaán.
Esta maldición afectó a la descendencia de Cam. Y se cumplió de modo que los cananeos fueron menos que los descendientes de Sem y Jafet. Luego, sometidos por Israel en el tiempo de la toma de la tierra prometida, fueron casi exterminados. 

La maldición de Saúl: 2Samuel 21.

En tiempos del rey David, hubo hambruna en el pueblo. David consulta al Señor a qué se debe esa desgracia y el Señor le respondió que era a causa de Saúl. ¿Qué había hecho Saúl? Había asesinado a los gabaonitas. Pero no sólo eso, sino que los mandó matar contra un pacto de protección que anteriormente Josué había hecho con ellos.
Así, Saúl cometió un crimen con un agravante: quebrantó un pacto. Eso repercutió en el pueblo de Israel puesto que se trataba de un líder. ¿Qué debía hacer David? Pues entregar lamentablemente a algunos descendientes de Saúl. Y eso, aunque dejó de ser maldición para Israel, lo fue para esos descendientes.

La maldición de la idolatría: Éxodo 20.

Hoy, sin saberlo, muchos viven maldiciones a causa del pecado de sus padres, cuando no a causa de los propios. Y esto inicia por medio de uno de los diez mandamientos, porque el segundo no sólo ordena no honrar a las imágenes religiosas, sino que además advierte del castigo por desobedecerlo. La consecuencia es precisamente una maldición que afecta a las generaciones posteriores, ya que se advierte: “… porque Yo Soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación…”.

¿Cómo discernirlas?

Las maldiciones son males atados a una persona, familia o pueblo. A veces porque alguien con autoridad o derecho las declara. Otras, porque algún pecado las origina. En cualquier caso, el enemigo siempre encontrará estas causas para afligir a los trasgresores.
Como puede notarse en los ejemplos citados, hay maldiciones pronunciadas por alguien, y que pueden atarse a las personas. En el caso de Noé, como padre tenía autoridad sobre su hijo, pero sobre todo, podía hacerlo por cuanto había sido gravemente afrentado por alguien que debería honrarle. Pero note usted que hay mandamientos como el segundo, donde hay maldición explícita pronunciada por Dios mismo, y que puede afectar a cualquier persona… y a su descendencia.
Aunque los hombres saben que van a morir, existen ciertas condiciones que resultan extrañas, (allí está el curioso caso de los Kennedy). Cualquiera sabe que puede enfermar, pero hay casos en donde varios en una familia pueden padecer de cierta enfermedad sin que sea contagiosa. Por ejemplo, ¿cómo calificamos desde el ámbito espiritual las enfermedades “hereditarias”? ¿No las tendríamos de modo semejante al pecado original?
Ministrando personas afligidas, hemos hallado causas de maldiciones diversas, pasando por pactos negativos y pactos positivos quebrantados, ocultismo, blasfemia y otros pecados graves en general, Pero gracias a nuestro Señor Jesucristo, con algunas acciones de fe, han sido quitadas. 
(Esta es una breve sección del escrito "El Próspero", a publicarse pronto)

13/11/19

Si no es prosperidad, ¿qué es entonces?

El Evangelio es prosperidad. De otro modo, no sería buena nueva. Se que algunos lo han distorsionado, exagerando sus métodos, pero la postura opuesta de quienes pretenden tener una "sana doctrina", también es herética. 
Hace poco he visto siervos de Dios corrigiendose teológicamente. Avergonzándose de lo que un día confesaron. Pero si repasamos las Escrituras sin temor, y nos preguntamos por qué creímos en Cristo, con honestidad, veremos que siempre es por el bien. Jamás querríamos seguirle si igual nos fuésemos a la condenación. El bienestar es esencial en  un mensaje que se proclama como respuesta a las necesidades humanas. 
Lo escandaloso para algunos es predicar ese bienestar para el tiempo presente y especialmente en el aspecto económico. Pero la cuestión es: ¿no hay promesas para ello? Y si  las hay, ¿no es legítimo creer en ellas? ¿No hemos visto tantos milagros a través de la historia, y tantos testimonios diversos por esta fe? 
Y es que la fe que sólo mira al futuro es más bien esperanza. Pero la fe produce hoy sus obras. En este tiempo y en esta tierra. Y nuestro Señor es el Señor desde ahora y no desde el más allá solamente. Si el evangelio es, como está escrito, "para dar buenas nuevas a los pobres... sanar a los quebrantados de corazón... pregonar libertad a los cautivos... vista a los ciegos... poner en libertad a los oprimidos... predicar el año agradable del Señor..." entonces no puede ser sino prosperidad. 
La gloria de Dios puede ser vista ahora. Y los que creen la verán. El hecho de que a veces seamos frustrados no vuelve mentira la  Palabra de Dios. Usted no puede eliminar Sus promesas sólo porque alguna no  se cumplió en su vida. No abandone  la fe. Sea fiel. Un día las veremos plenamente cumplidas, pero mientras estamos en expectativa de su reino, nuestra fe no sólo vence al mundo. También erige testimonio.